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Los acumuladores de energía orgón Revitalización y Envejecimiento
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Investigaciones-Mapa energético humano 1. Objetivos y metodologíaComo suele suceder, el
origen de este trabajo fue otro. Y la historia es esta: durante la primavera de
1990, Estela Pan y yo (Carlos Inza) medimos con un aparato electrónico los
conocidos puntos SU de la acupuntura tradicional. Estos son cinco puntos energéticamente
importantes ubicados en los meridianos principales que describe la medicina
tradicional china. Se imaginarán que estos hallazgos nos entusiasmaron lo suficiente como para proseguir nuestra investigación, pero ahora con un fin más ambicioso: construir un mapa energético humano en base a la ampliación de la cantidad de puntos explorados, que de 120 en cada persona (cinco puntos en doce meridianos bilaterales) pasaron a 251, también en treinta personas. Así fue que hicimos esta serie de mediciones durante la primavera de 1991, ahora con la integración de María Julia García en el grupo. Y más tarde (en la fase de análisis de la información) con la ayuda de Silvia Martínez en el trabajo de computación. Antes de comenzar a explicar acerca del método que usamos es interesante mencionar los cuatro temas que finalmente fueron desarrollados a la hora de agrupar los resultados de esta investigación. Estos fueron los siguientes:
Y
ahora sí podemos intentar una serie de aclaraciones imprescindibles para situar
a los posibles lectores de este trabajo. Algunas notas acerca de la organización, métodos y objetivos de esta investigación sobre la energía humana:Fue como internarse en un continente ignorado y conocido al mismo tiempo. Si bien queríamos construir una cartografía fiel al original, sabíamos que nuestra lectura podría ser diferente de las convencionales porque miraríamos algo también distinto de la pura apariencia anatómica: intentaríamos algo así como leer la esencia (energía) más allá de las formas. ¿ Por qué este pretencioso objetivo, acaso no es suficiente la minuciosa y hasta exasperante descripción de los anatomistas ? ¿ No es tan claro como el agua que somos como parecemos? ¿No son la cabeza, el abdomen o los miembros de las dimensiones que vemos con nuestros ojos y palpamos con la perceptiva yema de nuestros dedos ? ¿ Por qué buena razón complicarse la vida con una búsqueda rara y de apariencia estrambótica ? Sencillamente porque materia
y energía no son exactamente lo mismo y quienes iniciamos esta exploración
acordamos que lo que anima a la materia de los seres vivientes es una energía
específica de la vida, la energía orgónica
o vital. Pero no vaya a creerse que la existencia de tal energía es mera hipótesis: si bien es la idea-fuerza de riquísimas tradiciones humanas (la china, la hindú y la griega, entre otras), no había sido estudiada hasta ahora de acuerdo a la tradición científica occidental. Justamente de eso trata la brillante obra del doctor Wilhelm Reich, en la cual se demuestra experimentalmente que esa energía existe, que es el sustento de la vida, que puede estudiarse y hasta concentrarse con fines de utilización médica. No vamos a abundar en
detalles que pueden consultarse en la obra de Reich, el fundador de la orgonomía, la ciencia que investiga la energía munida de un método
revolucionario y original: el pensamiento
funcional. Pero sí vamos a expresar la
convicción de que esta energía puede estudiarse en cualquier ser vivo al menos
a través de su traducción eléctrica, que es una de las propiedades de la
energía orgón. Este método se viene utilizando exitosamente desde hace varios
años en la práctica médica de una disciplina indiscutiblemente asociada a la
modificación terapéutica de la energía humana: la
acupuntura tradicional china. De manera que salimos de viaje munidos de estas dos formidables herramientas: la orgonomía y la acupuntura. Está claro que no pensábamos encontrar el mismo paisaje que describen las fotos y los tratados de anatomía porque nuestra propia práctica clínica nos ha demostrado cotidianamente que en un nivel más profundo que el de los datos de la apariencia, el funcionamiento real de los humanos articula toses y tristezas, broncas y “ataques de hígado”, contracturas y bloqueos, alergias y rechazos. Y estudiando las manifestaciones clínicas relacionadas con la utilización real de la energía, posiblemente tendríamos delante nuestro un ejemplar humano bastante distinto que el de la apariencia. Esta investigación fue encarada como un operativo de develamiento, que en griego se dice aletheia, expresión utilizada aquí definir conceptualmente la intencionalidad de una verdadera investigación que merezca el nombre de “científica”.
Pues bien, ya lo dijimos: queríamos saber cómo es el humano medio de nuestra cultura estudiando la distribución de la energía a lo largo y a lo ancho de su organismo. ¿ Habría o no correspondencia entre la dimensión de sus “partes anatómicas” y la cantidad de energía puesta en juego en cada sector funcional ? ¿ Qué imagen arrojaría la confección de un mapa que sólo tuviera en consideración la energía que circula por su periferia y no los límites de la forma visual ? Es sabido que los cartógrafos utilizan meridianos y paralelos para situar cualquier punto del planeta en mapas de dos o tres dimensiones. Pues bien, nosotros teníamos un elemento cartográfico imposible de desechar: ¡ los meridianos de la acupuntura china ! Es curioso que los franceses
que introdujeron la acupuntura en occidente,les hayan puesto justamente ese
nombre a las líneas o canales por donde la tradición china sitúa el pasaje de
la energía. ¿ Habrán pensado con mentalidad de exploradores del cosmos
humano? Ahora bien: al circular por los meridianos, la energía se concentra en lugares que funcionan como estaciones de carga y descarga a lo largo de esas vías: esas estaciones son los puntos de acupuntura, que con tanta eficiencia comunican lo interno con lo externo, la superficie con la profundidad. Podrá pensarse que al mismo tiempo se arriesgan dos hipótesis interesantes pero indemostrables: que tales puntos existen y, como si esto fuera poco, que además funcionan como frontera energética entre organismo vivo y medio externo. Lamentable error o falta de información: desde hace cincuenta años se ha demostrado que los famosos puntos de acupuntura no son un “cuento chino”: la resistencia eléctrica de la piel disminuye notoriamente a su nivel si se la compara con la de los otros sitios donde no existen puntos. Esto demuestra ambas cosas: que los puntos existen (tienen una peculiaridad eléctrica que les es específica) y que su baja resistencia permite definirlos como fronteras donde los intercambios con el medio “externo” son factibles. Ahora el método que utilizamos puede definirse con claridad: elegimos algunos puntos de cada meridiano para medir la intensidad de la corriente que los atraviesa con un aparato diseñado expresamente para esa función.. El conocimiento médico expresado en la acupuntura describe doce meridianos principales: algunos comienzan en las manos y terminan en la cabeza, otros comienzan en la cabeza y terminan en los pies, están los que comienzan en los pies y terminan en el tórax y por último los que comienzan en el tórax y terminan en las manos. Es una red que recorre el organismo entero de pies a cabeza, de la cara ventral a la dorsal. Como exploradores del planeta hombre no podíamos perdernos esta señalización tan ajustada y minuciosa. Elegimos con cierto criterio los puntos de cada meridiano: optamos por los primeros, los últimos y algunos situados en la mitad de su trayecto con la idea de estudiar “las zonas y subzonas” del organismo pero también el devenir de la energía a lo largo del trayecto del meridiano. Medimos 251 puntos de acupuntura en treinta personas, 244 ubicados en los meridianos principales y 7 en la línea media ventral, por donde circula el meridiano de Vaso Concepción. Estos últimos corresponden a los siete anillos descriptos por Wilhelm Reich: ocular, oral, cervical, difragmático, abdominal y pélvico. De los 244 puntos de los meridianos principales, la mitad están a la derecha y la otra mitad a la izquierda. Dividimos al organismo en las siguientes zonas:
Y en las siguientes subzonas:
Por si no conocen la sigla y el recorrido de los meridianos principales, aquí se incluye una tabla que cuenta el nombre, la sigla que lo identifica, la polaridad energética, en qué lugar comienza, adónde termina y la cantidad de puntos que poseen:
¿ Qué puntos elegimos para cada zona y subzona ?Los siguientes
para las zonas:
Y los que siguen para las subzonas:
Y para terminar
esta tediosa pero inevitable enumeración, ahora se describen los
puntos utilizados según cada uno de los meridianos:
Las mediciones fueron realizadas entre octubre y noviembre de 1991. Utilizamos un téster electrónico de la Escuela Ryodoraku de electroacupuntura japonesa. El aparato se denomina Tormeter IW-Zen y expresa la intensidad de la corriente eléctrica que pasa por el punto por medio de una aguja que se mueve en una escala graduada entre 0 y 200 microàmperes, a un voltaje fijo de 12 volts. La persona cuyos puntos se investigan debe estar despojada de metales y sostener en una de sus manos un electrodo con presión constante. El investigador presiona sobre el punto con otro electrodo, llamado explorador, que tiene un algodón empapado en agua corriente en el extremo que hace contacto con la piel. Esta metodología logra minimizar un problema de las mediciones cutáneas: el factor humedad/sequedad de la piel. Se considera válida la cifra que alcanza la aguja luego de 3 segundos de comenzada la presión sobre la piel, dato que se registra en una planilla. La forma de entender qué
cosa sucede en este procedimiento consiste en imaginar
que uno le está “preguntando” al punto que está midiéndose, cuál es la
cantidad de la corriente emitida por el aparato que logra pasar a través de él,
ya que por el electrodo de mano la persona explorada recibe 200 microàmperes a
12 volts. Elegimos treinta personas
para medir, considerando que esta cifra tiene cierta relevancia a nivel estadístico
como muestra válida de una población. La siguiente tabla informa acerca del
sexo, edad y problemática de cada persona explorada. Cuando no se menciona
“problemática” (que en la tabla se llama Condición)
es por considerársela poco significativa, difícilmente encuadrable en los
casilleros estándar o simplemente por desconocimiento.
Y bien, los protagonistas
han sido presentados y ya se aclaró cómo y dónde fue obtenida la información
básica de este trabajo. Falta decir que luego los datos fueron procesados en
una computadora para obtener cierta numerosa cantidad de promedios que luego se
organizaron en forma de tablas, dibujitos caseros y gráficos de acuerdo a los
objetivos de la investigación. Y esto es lo que ahora comienza a exponerse
siguiendo el orden de los cuatro temas enunciado al comienzo del texto. |