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Los acumuladores de energía orgón Revitalización y Envejecimiento
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Los acumuladores de energía orgón
Qué son, cómo funcionan y
cómo pueden utilizarse los maravillosos artefactos que diseñó Wilhelm Reich.
Siento un poco de vergüenza cuando reviso lo que están por leer, porque le faltan demasiadas cosas al artículo. Pero también comprendo que si uno se dedica desde hace varios años a investigar en energía orgón y fundamenta gran parte de su trabajo en la utilización terapéutica de esta energía, seguramente se quedará con ganas de decir muchísimo más. O sea: la vergüenza no es por lo que tiene, si no por lo que le falta. Y entonces necesito aclarar de qué asuntos carece o sólo están sugeridos pero no desarrollados. Uno es la experiencia clínica y el trabajo concreto de consultorio con los métodos que utilizo con mis pacientes. Estos métodos consisten en una articulación, en un encuentro entre acupuntura y orgonomía, la ciencia de la energía. Y el otro, más trascendente, son las consecuencias teóricas y prácticas del gran descubrimiento de la energía orgón por parte de su investigador principal, Wilhelm Reich. Para explicar esto en detalle haría falta un libro, no un artículo. Pero basta saber que sus hallazgos e investigaciones tienen profundísimas implicancias en relación a lo que entendemos por salud, enfermedad y otros asuntos cruciales de la vida. Y no sólo en lo que se refiere al ser humano individual: también en sus aspectos antropológicos, sociales y políticos. Tampoco se refieren únicamente al humano, por que su mirada abarca a todos los seres vivos, pero también a la materia “inanimada” y al cosmos entero. Por ejemplo: reflota la discusión acerca del famoso “éter”, que sintéticamente significa la aseveración de que el universo no está vacío, si no lleno de vida. Y si quieren saber por qué razones o motivos su trabajo es ignorado o desconocido, la respuesta es muy sencilla: porque va “con los tapones de punta” contra las concepciones vigentes en materia de medicina, psicología, sociología, física, química, política y hasta filosofía. O sea: la mirada reichiana no es buena, ni siquiera tolerable, para cualquier sistema de poder, sea cual sea. Y tampoco es buen negocio, porque la energía orgón no se puede patentar y sus “aparatos” son tan simples que causan gracia o risitas idiotas. También es bueno saber que la orgonomía reichiana no es inocua. Al menos eso le pareció a las instituciones de Estados Unidos que, a mediados de los 50 del siglo pasado, lo persiguieron hasta meterlo en una cárcel y dejarlo morir o matarlo, según algunos, y que viene a ser lo mismo. Pero no sin antes producir hechos dignos de la peor época de la Inquisición: quemaron sus libros, apuntes y aparatos para que no quedara nada de él y su obra. Pero fue inútil, tal cual estarán viendo a continuación.
El canario que se quería escapar de la jaula
Era un día soleado de 1987. Y era primavera, que es cuando las cosas de la vida
comienzan. ¿Qué podría perder completando la función? Apenas unos minutos más. Ni siquiera el fracaso de la prueba alteraría en lo más mínimo mi sistema de trabajo, que ya tenía años de prueba.
De manera que me armé de
valor, tomé la parafernalia de bronce en mi mano derecha y me dirigí hacia la
jaula del canario, ahora sí resuelto a terminar cuanto antes con este absurdo
experimento. Estaba solo y lo había previsto, cosa de no alarmar excesivamente a
mi familia y evitar algún rápido llamado al neuro-siquiátrico más cercano. ¡Era
tan difícil explicar lo que estaba por hacer! Pero no fue eso lo que hice. Me paré a dos metros de la jaula, me quedé un momento quieto para no alarmarlo mientras simulaba buscar algo que no estaba en su dirección y luego, lentamente, alcé el tubo y dirigí su extremo abierto (el otro lado del tubo estaba cerrado con las mismas capas que había utilizado: algodón y plástico) primero vagamente hacia la jaula y luego, con más precisión, hacia donde se encontraba el inocente animalito. Lo que sucedió a los pocos segundos de apuntarle con el artefacto fue tan impactante que, sin ningún tipo de exageración, podría decir que decidió mi destino: ¡el canario comenzó a revolotear como loco por toda la jaula, como si lo persiguiera un ejército de gatos a punto de terminar con un ayuno de quince días! No podía parar: andaba como loco de un lado a otro de la jaula chocando contra los alambres a fuerza de apuro y desesperación. Y yo no podía creer lo que estaba viendo, ya que si bien no tengo ninguna licenciatura en canarios, nunca había visto a uno poseído de esa furia por huir de algo que debía sentir como una especie de tornado dirigido exclusivamente contra él. A los treinta segundos retiré el tubo, preocupado por el destino del canario y suponiendo que su corazón no aguantaría mucho tiempo más semejante exhibición de angustia motriz, pero totalmente incrédulo acerca de la relación entre tubo y reacción. Sin embargo me quedé bastante sorprendido cuando, segundos después de dejar de apuntarlo con “la cosa” que había construido, el animalito comenzó a tranquilizarse y segundos después volvía a su posición original, si bien observaba con cierta desconfianza en la dirección hacia donde yo me encontraba.
Me dije que todo eso era
demasiado loco como para creer en algún mecanismo tipo causa/efecto y entonces
decidí dejar pasar unos minutos para hacer una contraprueba, atribuyendo la
reacción al temor que podría producirle el acercamiento de un ser humano (sin
duda somos una especie de temer) que le apuntaba con algo que bien podía pasar
por un arma. No sé -pensé- tal vez nos ha tocado un canario aficionado a las
series de televisión y se creyó que estaba apuntándole con una pistola... Y bueno -me dije- habrá que dejar pasar otros diez minutos y volver a probar con el tubo de bronce para salir de dudas acerca de toda esta fantasía. Seguramente no pasará nada y todo podrá explicarse por la capacidad del animal para adaptarse a una situación que primero le produce miedo por la pose un poco intimidatoria, y luego acostumbramiento al ver que nada sucede. Todo eso está muy bien -pensaba mientras esperaba lejos del canario- ¿pero por qué dejó de moverse con tanta evidente agitación luego que dejé de apuntarlo con el tubo de bronce? Entonces volví a montar la misma escena con idéntico procedimiento. A los pocos segundos de insistir con el tubo de bronce y más rápido que en la primera oportunidad ¡el canario se enloqueció nuevamente y tornó a revolotear enloquecidamente por toda la jaula! Creo que también yo estaba aterrado: no podía creer lo que estaba viendo, eso no podía ser real. No podía admitir que un artefacto tan primitivo como el que había construido -un acumulador de energía orgón hecho de acuerdo a los criterios indicados por Reich- fuera capaz de lograr tales efectos. Casi está demás contar que, con intervalo de una hora repetí exactamente la misma secuencia y procedí igual al día siguiente, esperando con ansiedad que pasaran las horas. En todas las oportunidades el canario reaccionó con la misma agitada conducta ante el tubo de bronce, y con similar indiferencia cuando lo apuntaba con el símil de cartón y papel. Me costó bastante dormir en las noches que sucedieron a esos días, pero al final logré descansar en paz cuando llegué a ciertas conclusiones: una era que la energía que describía Wilhelm Reich existía sin lugar a dudas y que podía concentrarse y utilizarse de acuerdo a sus precisas indicaciones, la segunda conclusión trataba de que Reich era un genio indiscutible y su fantásticos descubrimientos podían cambiar el torcido devenir de la historia humana, mientras que la tercera tenía relación con mi propio destino: estaba tan feliz y conmocionado por los resultados de este experimento que no tuve ninguna duda acerca de que a partir de ese instante dedicaría mi vida a seguir por ese camino. Entonces pude dormir tan bien como espero hacerlo esta noche. Ése fue el primer acumulador de energía que construí, basado en un artículo del orgonomista alemán Berd Senf que también conocía a la acupuntura, pero luego siguieron muchos otros de distintos tamaños y materiales. La idea básica era adaptar su uso a la acupuntura, de manera de poder cargar de energía a los puntos más importantes, más que introducir a alguien en el interior de un acumulador, como había hecho Reich. Por eso el diseño en forma tubular y el comienzo de cierta peregrinación por ferreterías y extraños negocios donde pueden conseguirse acero y otros metales. Probé uno conmigo, controlando mi energía con las mediciones antes y después de usarlo por algún tiempo en puntos importantes de acupuntura. Y entonces verifiqué que mi entusiasmo después de la reacción del canario no era exagerado: se había abierto un nuevo camino. Comencé a indicarlo a mis relaciones más cercanas y luego a mis pacientes. Y cada uno lo asumió como pudo, porque es muy difícil aceptar que un tubo rodeado con capas de metal y plástico, ubicado durante veinte minutos o media hora a dos centímetros por debajo del ombligo, sea capaz de incrementar la carga energética de quien así lo utiliza. Funciona pero es difícil aceptarlo, porque implica un cambio radical en las concepciones acerca de la vida en general y de la medicina en particular.
Luego diseñé un dispositivo
más pequeño, apto para ser utilizado durante varias horas -de acuerdo a la
necesidad energética de cada persona- y adherido a la piel con una cinta hipo
alergénica. Y más tarde, hace algunos años, comenzó la fascinante investigación
con el
Dor-buster, el
tubo que permite extraer energía en las zonas de bloqueo utilizando la fuerte
afinidad del agua por la energía, y que también se ubica sobre puntos de
acupuntura. Esta historia sigue y se encuentra en pleno desarrollo…
La energía orgónLa demostración de la existencia de la energía biológica llevada a cabo por Wilhelm Reich entre 1936 y 1956 es el descubrimiento más importante de los últimos siglos en las Ciencias Naturales y sin embargo ha pasado casi desapercibido. ¿Cómo es esto posible? ¿Fraude o Conjura? ¿Exageración de cierta mente afiebrada o anticipación de un genio a su tiempo? ¿Incomprensión generalizada o campaña de silenciosos idiotas? ¿Y cómo es que se asegura con tanta tranquilidad la trascendencia de la cuestión energética si “no sale” en los diarios o los noticieros y los científicos reconocidos dicen desconocer su existencia o esbozan una sonrisita ladeada como toda respuesta?
Tampoco es un tema nuevo,
si no más bien remozado: antiguas y prestigiosa culturas como la china, la
griega y la hindú lo han planteado con énfasis aunque sin utilizar metodologías
de comprobación al estilo de la ciencia contemporánea. Además la teoría
energética de la Medicina Tradicional China no está circunscripta al caso
particular de las enfermedades del ser humano: al igual que la orgonomía postula
la organización energética del cosmos, el medio ambiente terrestre y los seres
vivos en general, incluyendo las relaciones entre estos y los “climas” como
forma de entender la génesis de gran variedad de trastornos. Los momentos y lugares claves de esta investigación sobre la energía y la forma de utilizarla fueron: en Noruega (Oslo) entre 1936 - 1939 y en Estados Unidos (Maine), desde 1940 hasta 1956.
¿En qué consiste un acumulador de energía?Es un instrumento montado y materialmente organizado de tal forma que la energía de la vida presente en la atmósfera de nuestro planeta puede ser recogida, acumulada y utilizada para propósitos científicos y terapéuticos. Consiste en una estructura cuyo continente son capas alternas de materiales metálicos y no metálicos. Entre los primeros, los más adecuados son el hierro y el acero. Entre los segundos: lana, algodón, acrílico, estireno plástico, celotex, lana de vidrio, goma laca, cera de abeja y cera de vela.
Ahora imaginemos un cubo de acero con uno de sus lados que funciona como una
puerta con aberturas (tipo puerta de los bares de las viejas películas de
vaqueros). Ese cubo es enteramente forrado, en su lado externo, con una cubierta
de plástico. Sobre esta primera cubierta de plástico se agrega otra cubierta de
acero, a la vez sucedida por otra de plástico. Se agregan capas según sea el
objetivo del acumulador, pero el número de éstas puede oscilar entre una y
veinte. Así es que nos quedan dos superficies de contacto: la externa de plástico (u otro de los materiales no metálicos recomendados) y la interna de acero, hierro o hierro galvanizado (lo que hallamos elegido como metal). En el interior del cubo, cuyas paredes son de acero en nuestro ejemplo, se concentra la energía orgónica o vital presente en la atmósfera. Es allí que introduciremos a una persona, si es que el cubo es suficientemente grande; una planta o animal pequeño si es que las dimensiones del cubo son más pequeñas.
Esquema de un acumulador de orgón del libro de Reich “La Biopatía del Cáncer”
Si los materiales empleados son adecuados y la estructura está bien construida, la energía orgón presente en el medio ambiente se concentrará en el interior del cubo y ejercerá un definido efecto sobre el ser vivo que se encuentre en él. La utilización de los materiales indicados y la disposición en capas alternas tiene su razón de ser: las materias no metálicas presentan la propiedad de absorber la energía orgón, mientras que las metálicas también absorben pero especialmente la ceden, la rechazan hacia las capas siguientes. Esto crea un potencial orgonómico más alto en el interior del acumulador que fuera de él. Esto parece muy sencillo de hacer… ¡y realmente lo es! ¿Es concebible que un dispositivo tan elemental que no merece el nombre de “aparato” porque carece de chips, baterías y no se enchufa en ningún lado, sirva para aumentar la vitalidad de sistemas vivientes tan aparentemente complejos y sofisticados? ¡Por supuesto que es inconcebible y hasta increíble! Pero deja de serlo cuando uno abandona la lamentable costumbre de opinar antes de probar, investigar o verificar y se decide a intentar varias experiencias. En este artículo apenas se presenta el tema de los acumuladores de energía, pero también se proporciona información para construir uno a fin de experimentar con animales, plantas y objetos. Con el tiempo uno se convence que lo mejor es proponer sin intentar convencer a nadie: aquí la fuerza de la argumentación consiste en la pura experiencia personal. A veces se producen situaciones interesantes cuando alguien afirma: “Vengo a probar, no tengo FE en esta medicina”. Comparto ésa declaración de principios: hace muchos años que pruebo e investigo a esta medicina y tampoco yo tengo fe en ella. ¡Es que no se trata de un sistema teológico, no hay por qué tener “fe” en ella! Tanto la acupuntura tradicional china y moderna como la orgonomía son sistemas verificables y en absoluto necesitan de sacerdotes que enseñen el nuevo dogma, ni de creyentes en actitud de adorar a los nuevos Mesías. Es cierto que la teoría energética puede modificar muchas ideas y concepciones, un acontecimiento que se deriva de otro tal vez más trascendente: su utilidad práctica puede cambiarnos la vida. Pero esto es otra historia: la que cada uno puede intentar “probando” de buena fe. ¿Cuáles son los efectos del acumulador?
Cuando
se trabaja con energía se experimentan cambios simultáneos en ambas dimensiones
del ser: la físico-biológica y la psico-emocional, ya que la energía es la
fuente nutritiva de ambas. Según sean las técnicas utilizadas y el estatus
energético de cada persona serán la profundidad y velocidad de los efectos
mencionados.
Factores relacionados con la carga de energíaLa carga que un acumulador está en condiciones de concentrar, es sumamente variable y depende de multitud de factores. Es bueno conocer algunos de ellos para tenerlos en cuenta en el momento de su utilización. Y es posible que a esta altura los lectores hayan advertido por qué razón los envases Tetra-Brik son tan eficaces como conservadores de variadas bebidas y alimentos: simplemente porque ¡son acumuladores de orgón de una capa completa! En general la eficacia en la acumulación y concentración de energía orgónica atmosférica depende de:
Adaptando a la acupuntura
Quien
quiera profundizar en el tema, podrá compartir la extraordinaria aventura humana
y científica de Reich leyendo La Biopatía del Cáncer: allí se describen en
detalle las circunstancias que rodearon a este gigantesco descubrimiento y las
primeras experiencias de tratamientos realizados con el acumulador de orgón. En las medicinas energéticas no existía un método rápido y eficiente para aumentar la carga total de energía de una persona: los esquemas nutricionales y el trabajo con agujas y moxas (calor) son excelentes pero lentos para lograr ese objetivo. Ésta es la ventaja de los acumuladores de orgón. Radiar por entero a una persona introduciéndola en el acumulador puede eventualmente acentuar los bloqueos energéticos ya desarrollados, creando problemas de difícil manejo. Se hace indispensable un trabajo de re-equilibrio permanente de la energía para no correr riesgos y permitir que el acumulador desarrolle su máxima potencia. He aquí la ventaja de utilizar los métodos de la acupuntura cuya mayor virtud es, justamente, mejorar la distribución de la energía, tornarla más equilibrada. La solución de estos problemas fue relativamente fácil: se fabricaron acumuladores de energía más pequeños para radiar los puntos de acupuntura. Lo que aparentemente se perdía por la reducción de la carga se ganaba por la capacidad de los puntos de acupuntura para manejar toda la energía del campo a partir de sus conexiones con otros puntos y con el interior del organismo. Experiencias posteriores realizadas a lo largo de varios años (desde 1987 en adelante) cargando diariamente el punto 6 del meridiano de Vaso Concepción ubicado debajo del ombligo, demostraron que el efecto de aumento de la carga energética era indudable, pero siempre era precedido por la mejoría en la distribución de la energía (equilibrio).
Tubo acumulador de orgón para radiar puntos de acupuntura
Acerca de este fructífero encuentro hay más información en: http://www.acupuntura-orgon.com.ar/acu-orgon.htm La construcción de un acumulador experimental
El acumulador que ahora se
describe es especialmente apto para investigar su efecto en plantas, animales y
algunos objetos. Antes de utilizarlo en seres humanos es bueno hacer una
experiencia con otros seres, ya sean animados o inanimados. No es muy difícil construir nuestro primer acumulador, ya que es suficiente conseguir los materiales (poco sofisticados y baratos, afortunadamente) y luego seguir las instrucciones de armado. Materiales necesarios
Instrucciones para el armado
Utilización del acumulador de energía
Todo está muy bien, pero el
acumulador no funciona si no está bien cargado de energía. Y tampoco aquí hay
muchas vueltas: basta con ponerlo al sol para que se cargue. Como principio
general de cuidado del “aparato” es bueno saber que siempre debe estar afuera en
períodos de uso, a veces de costado, otras veces boca abajo. Si se moja hay que
esperar que se seque bien para volver a utilizarlo.
Pueden tratar animales
pequeños. Por ejemplo: “apuntarlo” sobre una cucaracha en mal estado y observar
los acontecimientos. O sobre un pájaro enjaulado (si está en buenas condiciones
energéticas es posible que se ponga un poco loco). O si se encuentra enfermo
ponerlo sobre la jaula, en un costado, para observar si busca ponerse cerca del
acumulador.
Por último una aplicación
para uso en humanos, aunque por ahora un poco indirecta. Pueden cargar un vaso
con agua mineral durante una hora (o más, pueden dejarlo todo el tiempo que
quieran) y luego tomar el líquido. Como esto no es magia, aunque sea
maravilloso, es necesario repetir la experiencia durante tres semanas, parar una
o dos y volver a repetir.
Ciertas recomendaciones
Aseguro que esto no es
magia, pero funciona. Esto implica condiciones sumamente variables en cuanto al potencial orgonómico acumulado, lo cual puede trasladarse al tiempo necesario en cada experimento para lograr el efecto de carga energética. Pero esto ya depende de cada investigador, que deberá encontrar el tiempo adecuado a cada experiencia que emprenda, aprendiendo a medida que investigue que todos los seres vivos y también los objetos “inanimados” requieren una cierta cantidad de carga: es tan malo un déficit como una sobrecarga de energía. Por último -aunque no sea lo menos importante- es indispensable tener la cabeza y el corazón abiertos y ser absolutamente riguroso para evaluar los resultados de ésta investigación. Les deseo que vivan esta experiencia con la pasión y la zozobra de quien está explorando un territorio desconocido, un lugar donde el paisaje a veces asombra, otras veces desconcierta y casi siempre deja una extraordinaria sensación de maravilla.
Principios generales de la energía orgónica y su funcionamientoUno de los discípulos más importantes de Wilhelm Reich fue Ola Raknes. También uno de sus mejores interpretes, tanto que su libro “Wilhelm Reich y la Orgonomía” es la mejor y más clara introducción al pensamiento reichiano. De este libro se reproduce un pasaje trascendente acerca de la energía orgón descubierta por Reich: "De tales observaciones y otros experimentos, Reich formuló gradualmente un número de leyes y de principios generales de la energía orgónica y su funcionamiento. Enumeraré aquí lo que me parece más importante de estos principios: 1) La energía es universal y está en todas partes, ocupa todo el espacio, pero en concentraciones diferentes. Está en constante movimiento, salvo cuando se bloquea su movimiento, y toma entonces una particular forma que Reich llamó DOR (que significa "deadly orgone", o sea: "orgón letal"). 2) La energía orgónica no tiene masa, es primordial, precursora tanto de la materia como de otras formas de energía. 3) Es entrópicamente negativa, esto es: las concentraciones orgónicas más fuertes atraen más energía de las concentraciones circundantes más débiles. Esta entropía negativa se contrapone a la entropía mecánica, y es esencial para la creación y mantenimiento de la vida. 4) Las concentraciones naturales de orgón tienden a formar sistemas que se desarrollan, alcanzan su máximo y después declinan hasta disolverse. Tales sistemas pueden ser galaxias, estrellas, planetas y en la atmósfera terrestre, huracanes y otros sistemas ciclónicos, incluso simples nubes. También los organismos vivos son sistemas de energía orgónica. 5) La concentración y la fusión de corrientes orgónicas individuales puede crear materia donde antes no existía. 6) La materia existente puede, mediante la acción de la energía orgónica, organizarse en forma viviente, donde antes no existía la vida. 7) La tierra está rodeada de una envoltura orgónica que se mueve en dirección de la rotación terrestre, de oeste a este, pero más deprisa. Al este de los huracanes la dirección del movimiento orgónico se invierte. 8) Las concentraciones de orgón en la atmósfera atraen la humedad y pueden formar nubes, lluvia o nieve. Estas concentraciones pueden ser controladas con un aparato que Reich inventó y al que llamó "cloud-buster" (rompe-nubes). 9) El libre flujo del orgón en el interior del organismo vivo -libre metabolismo energético- es una condición indispensable para el sano funcionamiento del organismo. Si este flujo se bloquea, el orgón se transformará en DOR, enemigo de la vida. 10) El DOR está presente también en la atmósfera, en la mayor parte de los lugares intermitentemente, y en ciertas zonas constantemente. Inhibe los normales procesos atmosféricos como, por ejemplo, la formación de las nubes. Las regiones infestadas por DOR aparecen apagadas, inmóviles y son opresoras, y el "smog" existe principalmente en estas regiones. El DOR atmosférico es de gran importancia para quien quiera hacer llover o quiera realizar otra actividad de control atmosférico. La infestación de DOR puede aliviarse por medio de los "cloud-busters" ideados por Reich. 11) El metabolismo orgónico del organismo depende también del campo orgónico externo. Si está infestado de DOR pesada y constantemente, los animales y plantas estarán perturbados en su metabolismo energético, lo que puede conducir a graves disturbios, y finalmente también a la muerte. El estudio de esta energía, de sus manifestaciones y de su funcionamiento en los diferentes campos constituye la nueva ciencia de la orgonomía."
Terminando por ahora, antes que me dejenDeliberadamente, no hay en este artículo ni una sola mención a las aplicaciones prácticas en el terreno de las patologías humanas. En parte por cuestiones de extensión ligadas al objetivo principal del texto, pero también por una consideración esencial en medicina energética: todos sus tratamientos están destinados a aumentar la capacidad de sanar que tiene todo sistema vivo, cualquiera sea el problema de salud que lo aqueje. Tampoco se trata de ofrecer “panaceas”, asegurando que el acumulador de energía puede curar todas las enfermedades y, de paso, hacer feliz a quienes lo usen. La investigación que inició Wilhelm Reich y quienes las hemos continuado en su línea de trabajo, a lo largo y ancho del planeta, se ha desarrollado con muchísima seriedad: nos somos aprendices de brujos. No estamos vendiendo nada, tampoco humo. No estamos divagando estúpidamente acerca de métodos milagrosos para crear alguna secta, nada de eso. Pero sí investigamos sin ruido de cámaras ni micrófonos, investigamos mucho antes de sacar conclusiones. Por ejemplo: uno podría preguntarse si hay métodos “objetivos” (¡la objetividad en ciencia es todo un problema!) que demuestren “alguna cosa”, “algo” que permita sostener éstas cosas sin ruborizarte o mirar para otro lado a medida que las palabras avanzan. Y claro que hay, y aquí van dos: El Experimento de Alcoy muestra qué ocurre con los parámetros generales de energía obtenidos con los sistemas de medición electrónica de los puntos de acupuntura antes y después de una experiencia de carga con un acumulador de energía orgón, tal cual puede verse en: http://www.acupuntura-orgon.com.ar/el_experimento_de_alcoy.htm Y también pueden curiosear un poco acerca del efecto que pueden tener los acumuladores junto a la acupuntura en el tratamiento de árboles y plantas en mal estado: http://www.acupuntura-orgon.com.ar/plantas.htm Es claro que hay fuentes ya clásicas de referencia que no se pueden obviar. Y la más importante de ellas es el artículo de Wilhelm Reich: “El acumulador de energía orgónica”, que puede leerse (siempre que se esté en condiciones de soportar la traducción) en: http://www.esternet.org/orac.htm Pero, más allá de artículos, investigaciones y demostraciones objetivas de la existencia de la energía orgón, que pueden no mover un pelo a nadie, lo importante, lo decisivo, es hacer una experiencia personal junto a una pequeña investigación en el entorno más cercano: animales, plantas, agua y objetos. Porque ahí sí que se acaban las puras palabras, por lindas que sean, y aparece la simple y potente realidad de ésta energía. Y si no, pregúntenle al canario, que todavía está revoloteando a lo loco para escaparse de la jaula.
Dr.
Carlos Inza
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