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La Primavera tiene buena Madera

¿Qué significado tiene la primavera desde el punto de vista de la salud?
¿Con qué órganos y características personales se relaciona?

 

Es difícil que la primavera no provoque entusiasmo, alegría y ganas de vivir. Basta ver las flores y los brotes de hojas en los árboles para dejarse ganar por ese entusiasmo con que la naturaleza pone en primer plano a la vida nueva: la primavera es una variedad de resurrección.

Por eso no estaba equivocado el poeta norteamericano Henry Thoreau cuando decía: "Mide tu salud por la simpatía con que miras la mañana y la primavera". De hecho Thoreau inventó, con todo éxito, un test muy original para medir el nivel de salud personal y colectivo. Y eso, más allá de cómo cada uno pueda manifestar esa “simpatía” o empatía con la vida, que de eso se trata.

Pero veamos algo interesante relacionado con la primavera: ese resurgir de la plenitud (que tendrá su apogeo en el verano) no proviene de la nada. La fuerza de la primavera se origina en el invierno, la estación en la que la energía se guarda como para cuidarse pero donde se gesta “la expansión de la vida”. Es una pena que el invierno tenga tan mala prensa y haya tanto ceño fruncido y tanto malestar sencillamente porque hace frío y uno, naturalmente, se va para adentro, se recoge en la intimidad. Bueno: pues es allí que se gesta la energía que luego explotará en la primavera.

Y también es bueno saber que, a pesar de tipologías e identificaciones, cada uno de nosotros contiene a las cuatro estaciones y sus elementos representativos. El asunto es saber cuál o cuáles de ellas son predominantes en nuestra forma de ser y funcionar, nada más. Y sacar buenas conclusiones acerca de cómo equilibrar lo que no está bien puesto, lo que está en déficit o en exceso. Y para eso es este artículo.

Es curioso lo que ocurre con la etimología, siempre tan reveladora, en lo referente a las estaciones. Todas, menos el otoño (una modificación de “retoño”), se definen en función del esplendor, de la exuberancia del verano. Invierno significa que no hay “verno”, verano. Y primavera significa “el primer verano”, la avanzada del verano.

Pero hay amplio consenso acerca de la alegría y la esperanza que se abre camino con cada primavera, que está tan asociada con la juventud. O mejor dicho: con lo joven, que no es exactamente lo mismo (por eso el 21 de septiembre es el día del estudiante). Y también con el amor (por eso hierve la sangre en esta estación, según variadas tradiciones).

Justamente por eso es que "La primavera la sangre altera", según un proverbio.
Y aunque no sepamos los detalles,  "La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido" (Antonio Machado)
Por las dudas, otro proverbio aconseja: “Camina ligeramente en la primavera; la madre tierra está embarazada”.

Tampoco está mal reparar en lo bueno que es reconocer que no puede saberse todo: “La ciencia nunca ha conseguido un agente tranquilizante tan eficaz como un soleado día de primavera”. (W. Earl Hall).

También hay quien defiende el prestigio de otras estaciones, para que no anden desmereciéndolas injustamente: “El otoño es una segunda primavera, cuando cada hoja es una flor”. (Albert Camus)

O quien cruza una dura advertencia: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”. (Pablo Neruda).

Y nadie podrá dudar de que “En las lluvias de primavera todas las cosas son más bellas”. (Kaga No Chiyo)

 

¿Qué dice la medicina tradicional china sobre la primavera?

Es el amanecer, el este, lo que empieza, se desarrolla y tiende a extenderse libremente.

El sistema chino relaciona la primavera con el elemento madera, que gobierna la vesícula biliar y el hígado.

Se refiere especialmente a las estructuras en crecimiento: las raíces, el tronco y las ramas en los árboles y las plantas; la columna vertebral, los miembros y las articulaciones.

Un desequilibrio en este elemento  puede ser causa de problemas de columna, escasa flexibilidad o el débil enraizamiento de un individuo.

El color predominante de este elemento es el verde, ese de las plantas jóvenes.  Una fuerte atracción o desagrado al mismo puede ser un indicador de un desequilibrio  en el elemento madera.  También puede aparecer una sombra verdosa en la piel del rostro, especialmente en las mejillas y zona que rodea a los ojos.

Mentalmente, se relaciona con la idea, creando claridad mental  y la capacidad de centrarnos y tomar decisiones.  Estando en desequilibrio, puede denotar una falta de facultad de juicio, planificación y organización. Su falencia está muy relacionada con la dificultad o imposibilidad de tomar decisiones.   Un elemento madera muy desarrollado puede resultar en un carácter avasallador, en cierto dinamismo incontrolado que puede muy bien manifestarse en la necesidad de control: alguien que trata de organizarlo todo y a todos, con grandes dificultades para relajarse. Así es muy fácil tener dolores de cabeza y contracturas en el cuello y la espalda.

La dirección asociada con este elemento es el Este y rige durante toda la mañana.  Una persona con desequilibrio en el elemento madera, se levanta aletargado y falto de energía.

El clima de la primavera y el elemento madera esta caracterizado por el viento, que limpia el aire viejo y trae uno nuevo y fresco.

Los ojos son el órgano sensorio del hígado, por lo tanto la vista es el sentido y las lágrimas el líquido.  El sabor es el agrio o ácido.

Con este elemento se relacionan la emoción de la cólera y el sonido del grito.  La cólera reprimida puede dañar el hígado.

Los tejidos que rige la madera son los músculos, ligamentos y tendones: las estructuras que mantienen nuestra cohesión y nos dan fuerza y flexibilidad.  También es este elemento el que nos da la capacidad de control.   La debilidad y fatiga muscular son dos posibles dificultades cuando este elemento se encuentra desequilibrado o cuando  nos enfrentamos a un desafío o necesidad de cambio. El hígado es la casa del alma y es el elemento madera quien nos proporciona la energía, la inspiración y el deseo de vivir.  Cuando es débil se manifiesta claramente en la falta de entusiasmo y cierta chatura, una disposición que puede definirse como escasa pasión por la vida.

Pero antes de profundizar en el elemento o movimiento madera, característico de la primavera, recordemos sucintamente a sus órganos clave: el hígado y la vesícula biliar.

El hígado es el principal laboratorio del organismo humano.  Esencialmente  almacena y distribuye la nutrición por todo el organismo, está implicado en la formación y descomposición de la sangre y filtra las toxinas de la corriente sanguínea.  La vesícula biliar  almacena la bilis producidas por las células del hígado para ser utilizada a nivel intestinal en la digestión de las grasas, ya que la bilis es un detergente natural que logra emulsionarlas, sin lo cual serían imposibles de absorber, a la vez que mejora la capacidad del intestino delgado para asimilar los ácidos grasos.

El hígado también puede desactivar las  hormonas de la tiroides y las sexuales, influyendo así en el metabolismo. Su crucial papel de laboratorio implica que puede activar y desactivar cantidad de sustancias en circulación: desde hormonas a neurotransmisores o enzimas, lo cual lo convierte en un órgano absolutamente crítico para nuestra salud.

El exceso de cualquier alimento es tóxico para el hígado, pero especialmente: alcohol,  agregados químicos, medicamentos, aceites fritos y carnes.

Un déficit en la energía de la vesícula biliar puede  manifestarse en calambres estomacales así como en dolores reflejos en los hombros y espalda, especialmente en los omóplatos. También la tensión física y mental, que puede experimentarse especialmente en la cabeza, hombros, caderas y muslos, ya que son áreas relacionadas con el “meridiano” o camino de la energía de la vesícula biliar.

Y ahora sí, un poco más de profundidad en torno al significado de la madera.

 

La Madera: lo que crece y se desarrolla, lo que se extiende libremente 

Empezamos por la madera porque es un amanecer, porque es lo que nace, porque la primavera es hermosa y conmovedora. Y porque produce flores, de una fragancia tal que ayudan a seguir escribiendo este artículo. De manera que todo lo que crece y se desarrolla, todo lo que se extiende libremente es Madera. Personas o climas, órganos o etapas de la vida, momentos o alimentos. Todo lo que cumpla con esa condición, será Madera. Y lo será, no en virtud de su estructura, sino porque es uno de los movimientos básicos de la energía y es eso, no otra cosa, lo que lo transforma en una función. Seguramente, vamos a entender mejor esta función si estudiamos algunas características de los dos meridianos de acupuntura relacionados con este movimiento: Hígado y Vesícula Biliar. Se recuerda que, al mencionar el meridiano hablamos de la función (madera, en este caso), y por lo tanto, no sólo nos referimos al órgano del cual llevan el nombre: también a todas las relaciones y características de la función, que son variadas y numerosas.  Y suponemos que el lector conoce la existencia de los meridianos que describe la acupuntura tradicional china.

El meridiano del hígado es el polo Yin del movimiento madera. Las funciones principales del hígado son: almacenar la sangre, controlar la dispersión y el drenaje y determinar las condiciones de los tendones y ligamentos. La relación entre el hígado y los cinco sentidos es la siguiente: el hígado toma a los ojos como su abertura y se refleja en las uñas. Veamos un poco mejor qué significa todo esto.

1.   Almacenar la sangre. El hígado funciona almacenando, distribuyendo la sangre y controlando su hemostasia por medio de los factores de la coagulación.

2.   Controla el drenaje y la dispersión. Esta expresión significa que propende a comunicar sin obstáculos las actividades funcionales del cuerpo humano. La función del hígado puede afectar el recorrido de la energía en todo el sistema, lo cual se divide en dos aspectos:

·     Regulación de las actividades emocionales: el hígado prefiere la alegría a la depresión, lo cual es indispensable para mantener una buena comunicación interna y se experimenta como fluidez. Y desde la fisiología, como libertad de tránsito para la sangre y para la energía. Pero la emoción que produce mayor daño en el hígado es la ira.

·     Transporte y transformación: La función de drenaje y dispersión (comunicación, fluidez) del hígado puede ayudar al ascenso y descenso de la energía que protagonizan las funciones del estómago y del bazo, al tiempo que actúa sobre la eficiencia de la función biliar. Las funciones de ascenso y descenso se verán junto con el movimiento Tierra, pero equivalen a transformación y transporte.

3. El hígado controla el jin: tendones y ligamentos. Si la nutrición del hígado es adecuada para tendones y ligamentos, entonces las articulaciones podrán moverse libremente.

4. El hígado toma a los ojos como su abertura, y se refleja en las uñas. Los ojos están    relacionados con todos los órganos internos (tal cual corresponde a su papel preponderante en el sistema nervioso), pero están especialmente vinculados con el hígado. Cuando la sangre del hígado es suficiente, la visión es buena. Ya se dice en el famoso y antiguo Neijing (Canon de Medicina Interna): “El qi (energía) del hígado conecta con los ojos. Cuando las funciones del hígado son normales, los ojos podrán distinguir los cinco colores”. La uña es “el resto del tendón”, de manera que cuando la sangre del hígado es suficiente las uñas son rosadas, brillantes y claras.

En cambio, el meridiano de la Vesícula Biliar es el polo Yang del movimiento Madera. Sus funciones tienen relación con el sistema biliar, pero la medicina tradicional china lo vincula también con la decisión, el valor, la audacia, la temeridad, el coraje, los celos, la envidia, la agresividad y el descontento. Por eso se dice que “el hígado es la madre de la astucia, pero la vesícula biliar es el padre de la decisión”. 

Es interesante saber qué ocurre cuando estos dos meridianos fallan.
 

Síntomas de desequilibrio

De acuerdo a conceptos elementales de fisiología energética, los meridianos pueden encontrarse en una de estas tres situaciones funcionales: normales (cuando tienen adecuada cantidad de energía), en exceso (cuando tienen demasiada energía) o en “vacío” (insuficiencia de la energía que contienen).

Notarán que la lista de síntomas que se describe para las dos alteraciones energéticas de los meridianos, incluye tanto síntomas somáticos como emocionales. Esto se debe a que ambas dimensiones del ser están incluidas dentro del concepto de función energética.

Síntomas de insuficiencia del meridiano del Hígado: 

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·     Hígado distendido, congestión pasiva. Evacuaciones amarillo claras, mal formadas

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·     Estreñimiento atónico

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·     Diarrea por debilidad

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·     Melancolía ansiosa, temor

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·     Depresión, deseo de morir

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·     Broncoespasmos, asma, bronquitis, pleuritis

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·     Palpitaciones

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·     Sangra fácilmente, coagulación lenta, hematomas

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·     Várices, hemorroides

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·     Espasmos intestinales

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·     Menstruaciones abundantes y prolongadas

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·     Prurito genital, perdidas seminales

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·     Orina muy abundante

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·     Migraña de sien derecha

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·     Dolores generalizados

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·     Eczemas, urticarias

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·     Edema facial

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·     Tez cérea, pálida

Síntomas de exceso del meridiano del Hígado:

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·     Hígado duro, doloroso, congestivo

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·     Evacuaciones pardo-oscuras

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·     Vómitos

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·     Estreñimiento con espasmos y dolores

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·     Diarrea con dolores e inflamación abdominal

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·     Descontento, envidia, celos

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·     Menstruaciones insuficientes

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·     Insomnio

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·     Orina insuficiente con espuma blanca

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·     Tez amarillo-grisácea.

Síntomas de insuficiencia del meridiano de Vesícula Biliar:

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·     Falta de confianza en sí mismo

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·     Resistencia a los esfuerzos, falta de audacia

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·     Inseguridad, aprensión

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·     Insomnio, preocupación, agitación vana, temblores

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·     Linfatismo, linfadenitis

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·     Ojos nublados

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·     Tez incolora, gris

Síntomas de exceso del meridiano de Vesícula Biliar:

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·     Agresividad, necesidad de hacer el mal

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·     Descontento, irritable, envidioso, celoso, autocrático

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·     Migrañas, especialmente de sien derecha

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·     Náuseas y gusto amargo al levantarse

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·     Asma, estreñimiento

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·     Dolores generales y articulares, especialmente de hombro

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·     Edema poplíteo (dorso de la rodilla)

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·     Trastornos de la piel

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·     Ojos rodeados por círculos negros

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·     Movimientos difíciles

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·     Otitis, sordera, zumbidos

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      Tez de color terroso


Profundizando en algunas características físicas y emocionales

En las siguientes tablas podemos ver algunas características y sus posibles desviaciones o síntomas, lo cual funciona como refuerzo y profundización de la lista anterior, basada en los síntomas:

Rasgos Somáticos Característicos

No distorsionados

Exagerados

Deficitarios

Dificultades

Físico flexible, musculoso y robusto

Presión sanguínea alta

Presión sanguínea inestable              

Cefalea occipital, lateral

Piel gruesa y áspera

Cabello y piel grasos

Hipoglucemias

Migrañas

Tez morena

Forúnculos

Visión borrosa

Síndrome temporo-maxilar

Manos y pies fuertes, delgados y nervudos

Calambres en músculos largos, manos y pies

Sensibilidad a la luz y los ruidos

Neuralgias faciales

 

Vértigo

Escozor en ojos, uretra y ano

Disfunción de nervios periféricos

 

Zumbidos en oídos

Tendinitis

Hipertensión

 

Estreñimiento con cólicos

Uñas secas y quebradizas

Disfunciones sexuales

 

Ciática

Articulaciones laxas y músculos tensos

Menstruaciones dolorosas

 

Dolor en costillas y en el pecho

Colon irritable

Síndrome pre-menstrual

 

Ardor

Tensión crónica en cuello y hombros

Abuso de sustancias varias

 

Dificultad para tragar

 

 

 

Dolor de ojos y oídos

 

 

 

 

Herpes

 

 

 

 

Torpeza, propensión a accidentes

 

 

 

 

Lesiones en tendones

 

 

A continuación, algunas interesantes peculiaridades del psiquismo que corresponde a la Madera:

Rasgos Psicológicos Característicos

No distorsionados

Exagerados

Deficitarios

Dificultades con:

Seguro

Intensidad

Convincente

Restricciones

Valiente

Ecuanimidad

Ambicioso

Compartir

Competitivo

Cooperar

Poderoso

 Tirano

Ambigüedad

Franco

Obstáculos

Comprometido

Ira

Decidido

 

 

(De “Entre el cielo y la tierra”, de Harriet Beinfield y Efrem Korngold)

Ambas tablas son muy ilustrativas acerca de características saludables (cuando la madera está en equilibrio) y los inevitables problemas que se desarrollan cuando predomina el desequilibrio, la distorsión.

Es importante advertir esta cualidad de la vida: los rasgos de carácter en sentido amplio, psico-físico, implican un sello, una fuerte tendencia que explica al mismo tiempo “méritos y desméritos”, “cualidades y defectos”. Los mismos rasgos que nos anclan positivamente en la existencia cuando la energía que los anima está en equilibrio, se transforman en fuente de dificultad (síntomas, enfermedades) cuando su propia energía entra en conflicto, ya sea agudo o crónico, a lo largo del tiempo. De manera que, paradójicamente, nuestras ventajas también son nuestros problemas, la fuente de posibles desarrollos patológicos. Y dicho de otra manera: uno se enferma de lo que puede, no de lo que quiere.

 

Otras interesantes observaciones

La Morfología

La morfología general muestra unas espaldas anchas, una buena musculatura de algún modo independiente de la talla. Los ojos son grandes, algunas veces desorbitados, la mirada es franca, los arcos superciliares amplios.

Soulié de Morant compara la mano madera a la mano Júpiter. Dura, con poca carne y nudos que recuerdan a los de un árbol en las articulaciones interfalángicas   (¡madera!), con uñas muy sólidas o al contrario frágiles con puntos blancos o mordisqueadas por el sujeto nervioso. La palma y los dedos presentan numerosas estrías más o menos profundas. Cuanto más numerosas y profundas son las estrías,  más posibilidades existen de pertenecer a esta constitución.

Los síntomas de la infancia

Las intolerancias alimentarias a las comidas copiosas, al chocolate, a los huevos, las crisis de acetona, la miopía precoz, las reacciones al sol  y las crisis de alergia alimentaria (a la frutilla, por ejemplo),  son los síntomas típicos de la infancia madera. El niño es generalmente turbulento, intrépido, nervioso, algunas veces es tímido y se muerde las uñas o presenta tics. Es importante saber si tuvo una ictericia (hepatitis) o problemas en el nacimiento (ictericia neonatal, torsión del cordón).

Las enfermedades del adulto

El sujeto madera presenta la morbilidad de su constitución que agrupa los síntomas y síndromes siguientes: Alergias a los alimentos, a las picaduras de insectos, al sol, al polen, a los productos industriales y a los medicamentos. Y reacciona con urticaria,  eczema,  asma, catarros, rinitis y conjuntivitis.

Puede presentar migrañas o bien cefaleas de la región occipital o frontal desencadenadas por el alcohol, las comidas abundantes, las contrariedades, el viento o las reglas en las mujeres, pero también sin razón aparente. Los trastornos digestivos de los sujetos madera son las crisis de hígado, las crisis o cálculos de vesícula, las crisis de colitis predominantes en el lado derecho con dolor agudo, el estreñimiento y las hemorroides. El sujeto madera puede sufrir crisis dolorosas articulares agudas y al mismo tiempo fugaces, que cambian de una articulación a otra, más o menos en relación con las tazas de ácido úrico y que desaparecen tan brutalmente como se instalaron. A la larga puede aparecer un cálculo renal de cristales de ácido úrico.

Crisis de taquicardia, hipertensión en crisis, hipotensión con sensación de desvanecimiento o de debilidad, vértigo, horror al vacío, tendencia a marearse en avión, en coche o en barco, temor de las aglomeraciones, claustrofobia, son todos síntomas madera. Las reglas dolorosas por exceso de la hormona foliculina acompañadas de hinchazón dolorosa de los pechos, tendencia a constituir un fibroma, la excitabilidad tiroidea con adelgazamiento, la tendencia al bocio y al hipertiroidismo verdadero, también son posibles trastornos de la constitución madera.

Los sujetos madera tienen una sensibilidad especial en los ojos y pueden presentar diversas enfermedades de los mismos: conjuntivitis vírica, herpes, miopía. Los músculos pueden ser sumamente excitables y tienden fácilmente a desarrollar contracturas,  característica de la madera por excelencia.

Afinidades

El sujeto madera ama la primavera, acusa los cambios de estación en forma de una gran fatiga o de alergia. Teme al viento que lo enerva dándoles una sensación de vértigo o dolor de cabeza. Si la madera es la única constitución el sujeto no es friolento, le atraen los platos ácidos, agrios: vinagre, mostaza, pepinillos o bien tiene horror a los mismos. En general prefiere el salado al dulce. Le gusta sin embargo el chocolate del que abusa por capricho prefiriendo habitualmente el chocolate negro al chocolate con leche. El color del elemento madera es el verde.

(De “Acupuntura y Psicología”, por Yves Requena)
 

Profundizando más en la madera

Partamos de la base que intentar ubicar a cualquier persona de una manera estricta y absoluta dentro de cualquier tipología conduce a graves equivocaciones, tanto en el terreno de la medicina como en de la vida. Pero sí es cierto que todos tenemos tendencias más o menos definidas en cuanto a nuestra estructura caracterial.

También es falso sostener con absoluta convicción la notable ambigüedad de que “todo está en todo”, sin aclarar qué cosa significa esa atractiva frase, capaz de explicar todo y nada al mismo tiempo.

Si uno se refiere a los movimientos de la energía, que en estos artículos correspondientes a las estaciones se describen aprovechando sus características, ustedes verán que pueden reflejarse en todos ellos: el metal del otoño, el agua del invierno, la madera de la primavera o el fuego del verano. Sencillamente porque la vida los contiene a todos y es inconcebible sin la presencia de todos ellos. Pero también existe dominancia de alguna energía en particular en cada persona concreta, a veces no tan clara o compartida con otra energía. El asunto es averiguar cuánto tenemos de cada una de las opciones posibles, nada más.

Y esto es una obligación ineludible, si es que queremos avanzar en la existencia que nos toca vivir: saber qué somos, quiénes somos y cómo funcionamos es decisivo a la hora de aprender de aciertos y desaciertos. Es parte de la sabiduría que nos debemos a nosotros mismos. Y, coherentemente con lo dicho, no se trata de saber todo esto con absoluta exactitud, pero sí de saber a grandes rasgos cuáles son las energías (rasgos) más sobresalientes de nuestra personalidad. Con este espíritu, entonces, vale la pena seguir profundizando en el estilo madera de existencia.

Y para esto vamos a aprovechar un notable trabajo de León Hammer,  médico psiquiatra autor de  Psicología y medicina china.

Para entender mejor sus apreciaciones, es bueno recordar sucintamente las funciones naturales del sistema energético del Hígado:

“La Madera es el elemento de la Primavera, del Este y del sol naciente; es la realidad de las fuerzas gigantescas que despiertan de nuevo después de hibernar, organizando y ordenando la fuerza de la vida. La Madera es el símbolo del renacimiento prístino; representa el movimiento orientador de la propia existencia (“Ser”).

El elemento Madera se ajusta muy bien a su papel impulsor en el ciclo vital del ser. La función de reserva de Sangre que realiza el Hígado le permite controlar la nutrición de los tendones y los ligamentos, del sistema nervioso y de los principales sistemas musculares, así como de todos los estímulos (componentes) de la actividad. El elemento Madera es responsable de un Qi (energía) “sin restricciones” y libre, sin impedimento alguno y fluido. El Hígado posee su propio Qi y permite que el Qi de los otros órganos fluya con libertad y suavemente. En términos de Needham, crea un organismo “fácilmente manejable”.

El movimiento de la energía es imprescindible  para la actividad. El sentido más necesario para una actividad eficaz es la vista, los ojos, que son las “aberturas” del Elemento Madera. El Elemento Madera supervisa todos los procesos metabólicos necesarios para el anabolismo y el catabolismo (construcción y destrucción) del ser, utilizando lo “puro” y desintoxicándose de lo “impuro”.

La Actividad puede contemplarse bajo dos puntos de vista. Uno es la capacidad para avanzar y actuar (Yang Hepático). El otro es la facultad de retroceder y esperar (Yin Hepático). La solución perfecta en cualquier persona es un equilibrio entre los dos: la sabiduría necesaria para saber cuándo moverse y cuándo permanecer quieto. El Elemento Madera, especialmente la energía de la Vesícula Biliar, es quien toma las decisiones en el amplio espectro de las funciones energéticas del yo. El doble papel de la energía del Hígado, tanto para moverse como para retirarse, requiere una asociación muy estrecha con las facultades de toma de decisiones. La naturaleza los ha colocado juntos en el mismo sistema de energías para una máxima probabilidad de supervivencia.

Pedirle a un niño que decida respecto adónde colocar sus lealtades es esperar mucho de él. No obstante, los niños toman estas decisiones respecto a relaciones estables con adultos o hermanos, que son quienes tienen la vida del niño en sus manos. A medida que pasa el tiempo, se desarrollan patrones de avance o retroceso que serán muy difíciles de variar para una persona en crecimiento, en función del cambio de las circunstancias ambientales.

Quizá lo que la mayoría de nosotros pueda esperar es la capacidad para ir aprendiendo a sobrevivir poco a poco, gracias a avances y retrocesos adecuados, de modo que más adelante tengamos la flexibilidad necesaria para adaptarnos de manera realista a nuevas circunstancias. Esto es, ciertamente, pedir mucho a una persona cualquiera, especialmente si el ambiente primario ha sido extremadamente comprometedor para las energías del Hígado.

Respecto a la capacidad de la persona para avanzar o retirarse con diligencia, tenemos que considerar una dimensión más. Los trabajos de Chess y Thomas, establecen “científicamente” la presencia, desde el nacimiento, de patrones estables, heredados, de respuesta a estímulos internos y externos; esto coincide básicamente con lo que hemos traducido del chino como “personalidad”. Estos trabajos representan una valiosa contribución a la controversia entre “natural y aprendido”, apoyando a la primera posición. Este estudio vio la luz en un momento en el que el péndulo se decantaba fuertemente hacia lo “aprendido”, y ofrece un equilibrio hacia “lo natural”. Siempre me ha parecido que los dos factores son importantes y que cada individuo muestra una combinación particular de ambos.

Estos dos aspectos de la Madera –la facultad de avanzar, una función Yang, y la de retirarse, que es una función Yin- dependen a la vez de “lo natural y lo aprendido” para determinar su configuración final en cualquier individuo único. Uno de los méritos de la diagnosis china es la habilidad para sacar a la luz (recurriendo al pulso, la lengua, el color facial y otras herramientas diagnósticas) el rol y la importancia de cada factor.

En términos existenciales, el Elemento Madera pone en marcha el renacimiento de la vida, lo que nosotros llamamos “alma” (alma animal). Las energías del Elemento Madera dirigen al yo inconsciente, al espíritu y al alma hacia una manifestación determinada y centrada. Si la antítesis del ser es la muerte, la supresión del ser es la rabia. Los problemas psíquicos y físicos asociados a la supresión del ser no surgen de emociones pasajeras o fugaces. Una rabia momentánea, plenamente comprendida y expresada cuando alguien extravía una posesión favorita, o la tristeza que se puede experimentar cuando se ve un animal muerto en la carretera, o el pesar por la pérdida de alguien querido, son dinamismos energéticos benéficos. Estas emociones están en sintonía con el ser y la afirmación del ser. Las desarmonías del Elemento Madera tienen que ver con importantes y persistentes desarticulaciones de las leyes naturales; con unos dinamismos que están en distonía con la evolución de la fuerza de la vida.”

Creo que la cita merece su amplitud y textualidad porque alude a aspectos fundamentales del ser desde un lugar profunda y sabiamente equilibrado: las cualidades de la existencia no requieren solo la innegable capacidad de “avanzar” (siempre admirable) sino también la de saber cuándo es necesario detenerse o hasta retroceder. Es bueno pensar esto intentando complementar la dinámica natural de la madera (primavera, empuje, juventud, iniciativa) con actitudes que parecen su antítesis pero sin embargo la completan. De hecho, es imposible sostener indefinidamente y sin pausas el empuje arrollador de la energía primaveral. El mismo descanso nocturno es una buena prueba de lo que estamos diciendo,  y en el mismo plano puede ubicarse la sabia pero a veces difícil decisión de parar, especialmente si se dispone de la energía necesaria para seguir adelante con los proyectos.

Véase que aquí no se está sugiriendo abandonar esos proyectos básicos que dan alegría a la vida de quien los concreta. Pero sí se propone  hacer pausas, avanzar y retroceder según las necesidades propias de cada quién y de cada circunstancia. Seguir adelante a lo loco o sumergirse en el puro vértigo sin escalas, sólo anuncia el agotamiento y la posterior parálisis de esas mismas realizaciones tan importantes y satisfactorias. Por eso es que la visión de León Hammer me parece tan profunda y atendible.
 

Limpiezas y desintoxicaciones

La estación de la primavera parece ser la mejor, junto con el otoño,  para emprender operativos de limpieza y desintoxicación. El verano es un buen tiempo para comer ligero con gran cantidad de vegetales y frutas de la estación, mientras que el invierno es la estación más difícil si de limpiezas se trata, porque especialmente en las regiones más frías hace falta mucho combustible para calentar el cuerpo.

Para depurar el hígado, la primavera parece ser la mejor estación (¡aunque no la única!), lo cual se puede lograr de variadas maneras, pero especialmente con dos operativos: la Limpieza del Hígado y Vías Biliares y/o el Programa de Desintoxicación. Ambos ya han sido desarrollados, de manera que quien tenga interés en ponerlos en práctica puede consultarlos para elegir el que le parezca más conveniente.

Y, finalmente, algunas recomendaciones bien sintetizadas por  Harriet Beinfield y Efrem Korngold en el excelente libro Entre el cielo y la tierra (Los cinco elementos en la medicina china):

Consejos amistosos para los madereros de ley

Claves para entender la Madera

1.      Busca retos y se esfuerza hasta el límite

2.      Disfruta y funciona bien bajo presión

3.      Admira la velocidad, la novedad y la destreza

4.      Ama la acción, el movimiento y la aventura

5.      Le gusta ser el primero, el mejor y único

Problemas típicos

1.      Intolerancia e impaciencia

2.      Emociones volubles

3.      Extremismo impulsivo o disciplinado en exceso; autocomplaciente o autoexigente

4.      Cefalea vascular, espasmos musculares, presión sanguínea alta, inflamaciones de nervios, dolores erráticos

5.      Abuso de estimulantes y sedantes

Períodos críticos

Ø  Madera exagerada- Congestión del Hígado: primavera y final del verano, horarios conflictivos: 23:00 a 3:00 y 7:00 a 11:00 horas.

Ø  Madera deficitaria – Agotamiento del Hígado: verano y otoño, horarios conflictivos: 11:00 a 15:00 y 3:00 a 7:00 horas.

Un consejo amistoso

El poder de la Madera proviene de su capacidad de expandirse rápidamente y de aumentar la presión. Los tipos Madera necesitan modular su intensidad y mantenerse flexibles, ser capaces de retirarse y rendirse así como también de arrojarse con intrepidez.

 

Y, especialmente, no olvidar la relación entre la capacidad para avanzar y actuar y la facultad de retroceder y esperar.

También está el Viento, característico de la primavera-madera.

El viento que limpia de lo viejo y trae lo nuevo.

Pero digan lo que digan la primavera es, simplemente, otra hermosa oportunidad.

 

Dr. Carlos Inza
Buenos Aires, octubre del 2012

 

 

                 

 

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