El
experimento de Alcoy
Sencillo
pero revelador experimento que documenta el efecto sobre la energía humana de un
tubo acumulador de orgón aplicado en un importante punto de acupuntura (el 6 de
Vaso Concepción) durante media hora
Les
cuento cómo fue
que se hizo. Ocurrió durante un seminario destinado a estudiar algunas de las
relaciones (sospechosas) entre acupuntura y orgonomía, en la benemérita y
hermosa ciudad de Alcoy, Alicante, España, entre el 8 y el 10 de enero del 2010.
Concurrí por invitación, que todavía agradezco, de mi amigo el psico-neuro-acupunturista
Juan Pablo Moltó Ripoll. Los asistentes al seminario eran todas personas con buena formación en acupuntura o en proceso avanzado
de lograrla, más precisamente en psico-neuro-acupuntura. Grupo entusiasta y
gentil, con ánimo de aprender algo nuevo y orejas dispuestas. Aclaro que este
mismo experimento fue realizado varias veces a partir de 1987, cuando empecé a
usar energía orgón para radiar puntos de acupuntura. Pero…¡no sé que hice con
los trabajos anteriores, ignoro adónde quedaron después de sucesivas mudanzas!
Es cierto que pueden creerme o no. En el caso de que decidan que sí, que estoy
diciendo la verdad, me anticipo a contarles que en los casos anteriores, los
resultados fueron “exactamente parecidos” a los de éste experimento que ahora
estoy contando, el de Alcoy.
Hete
aquí que
el día 9 de enero por la tarde, cada uno de los catorce integrantes del grupo se
dedicó íntegramente y con emocionante dedicación, a construir un tubo acumulador
de orgón en una de sus múltiples variantes: la que permitió la ferretería que
encontramos abierta. Fue como volver a las “actividades prácticas” o
“manualidades” del colegio primario y secundario. Ustedes pensarán lo que
quieran, pero nosotros nos divertimos bastante construyendo el acumulador,
además de lo bien que hace trabajar con las manos. ¿Cómo se hace o en qué
consiste? En un tubo de metal (hierro, acero o cobre) de entre 20 y 30 centímetros, cerrado en uno de
sus extremos, y envuelto en capas alternadas de papel de aluminio y polietileno
(unas veinte), para ser finalmente recubierto por una cinta aislante de
plástico. Eso es todo lo que podemos decir acerca de esta simple, casi
insignificante tecnología tan fácil de construir. Los electricistas dirán que es
un condensador, nosotros los orgonomistas preferimos referirnos a él como tubo
acumulador de orgón, energía vital o energía de punto cero, como quieran
servirse el menú.
Cómo
ustedes prefieran,
pero en algo no podemos negociar: este tubo acumula orgón medio-ambiental, que
concentra en el espacio hueco del tubo, y lo radia por su extremo abierto.
Entonces
la idea de este experimento
consiste en apoyar sobre un punto de acupuntura el extremo abierto del tubo
durante media hora y luego ver qué sucede. ¿Con qué? Con dos asuntos: la
percepción experimentada durante la auto-sesión (cada uno sostenía el tubo sobre
el punto de acupuntura elegido) y las posibles diferencias en la medición bio-eléctrica estándar del
sistema Ryodoraku, comparándolas con un registro anterior al uso del acumulador.
Para entender bien este decisivo aspecto de la cuestión, basta con saber que el
día anterior al uso del tubo, los catorce participantes del seminario fueron
medidos con un tester tipo Ryodoraku, el equipo de electro-acupuntura japonés, en 31 puntos: 24 puntos
yuan con alguna excepción (12 puntos bilaterales de los meridianos principales)
y los correspondientes a los 7 anillos reichianos. Si alguien está familiarizado
con el sistema Ryodoraku, debo aclararle que el aparato utilizado mide de 1 a
100 micro-amperes y no de 1 a 200, como el original.
Como
este asunto podría ser leído
y hasta criticado por conocedores y desconocedores
profesionales del tema, aquí van las referencias del caso. Por ejemplo: en
http://www.acupuntura-orgon.com.ar/mediciones4.htm se explica el sistema
tomando una medición como ejemplo. Pero si quisieran saber algo más, pueden
consultar:
http://www.acupuntura-orgon.com.ar/mediciones1.htm donde se desarrolla un
poco más extensamente la cuestión. En el mismo sitio hay abundante información sobre
los puntos que se utilizan en el sistema Ryodoraku y acerca de los anillos
reichianos y los puntos elegidos para medirlos. Y también, por si se les
ocurriera aficionarse a este deporte, una detallada estadística que procesa la
información obtenida sobre 3545 mediciones:
http://www.acupuntura-orgon.com.ar/estadistica.htm. Y hasta un Mapa
energético del organismo humano: http://www.acupuntura-orgon.com.ar/mapa.htm.
Ahora
viene lo más interesante,
consistente en comparar las mediciones anteriores y posteriores al uso del tubo.
Aquí hay que decir algo importante: que luego de la aplicación cada uno de los
participantes relató su experiencia y contó qué cosas iba sintiendo en el
transcurso de los treinta minutos que tuvo el tubo apoyado en el 6 de Vaso
Concepción (6VC), un punto
ubicado a unos cuatro centímetros por debajo del ombligo en línea recta. Está claro
que esos relatos son muchísimo más divertidos que los números que vienen después
y, aunque no figuran todos los testimonios de los participantes, aquí tienen
algunos como para advertir que la cuestión moviliza la energía y se expresa de
acuerdo a las particulares relaciones que se establecen, en ése preciso momento,
entre el sistema energético que recibe (persona) y la carga suministrada (orgón
vía tubo acumulador). Es bueno aclarar este punto: es muy habitual, a veces
durante la más sencilla aplicación de acupuntura, que las personas experimenten
variedad de sensaciones y percepciones. Desde ver formas y colores o escuchar
sonidos diversos hasta repasar la vida y poner en primer plano las
preocupaciones
actuales, pasando por variaciones muy claras de la emocionalidad. De manera que
lo que van a leer no es para nada extraordinario, sino habitual cuando se
trabaja profundo con la energía. Y también es bueno saber que lo más importante
y significativo siempre viene después, fuera del consultorio, en la vida real.
¿Qué
dijeron, qué contaron?
Uno: Al poco rato de tener puesto el
acumulador, comencé a sentir un calor que crecía en intensidad pero estaba
localizado solamente en ese punto y parecía como si atravesara mi cuerpo entero
a modo de rayo láser y saliera por la columna. El resto del cuerpo lo sentía
normal sin ninguna sensación diferente. Al terminar, tenía una relajación
absoluta y me encontraba de maravilla.
Dos: Noté calor y sensación de inquietud.
Tres: Sentí una explosión de energía en mi
frente (justo en el tercer ojo), con un dolor repentino e intenso, que
desapareció en un instante...
Cuatro: Me centré en percibir la sensación
que tenía en mi cuerpo para que no fuera mental sino de percepción física. Nada
más colocar el tubo tuve una sensación de que subía algo hacia la boca y se
expresaba como algo metálico, como si tuviera una pila metálica en la boca. Poco
a poco fue cambiando la sensación y empecé a sentir como desde la barriga
circulaba una corriente hacia los pies que me iba recargando como cuando
practico tai chi y mi energía fluye y se recarga. Luego la sensación cambió y
subió directamente a la cabeza y luego bajó hacia el pecho y se quedó todo el
cuerpo como si fuera una bombilla de luz, que la energía expande, muy suavemente
alimentado. Terminé con un estado de relajación y de sensación de sentirme
alimentado.
Cinco: Fue una sensación de hormigueo al
rato de tenerlo puesto y de calor. Al pasar el rato desaparece y se transforma
en bienestar y aumento de energía como cuando me hago acupuntura.
Seis: No tenía muchas esperanzas de sentir
efecto alguno, así que me sorprendí cuando, a los pocos segundos de tener puesto
el acumulador, noté un ligero cosquilleo que en unos minutos se convirtió en una
agradable sensación de calor. Esto es lo que sentí; y al cabo de un rato me
dolía la cabeza.
Pero
créanme,
esto de los numeritos no es tan superfluo ni aburrido y, mucho menos,
insignificante. Y, hasta podría decir que siempre me pareció muy apasionante,
eso de verificar con mediciones electrónicas la situación energética de una
persona y, luego, evaluar con otras mediciones lo que va ocurriendo a lo largo
de un tratamiento. En la tabla que sigue están los datos de las dos mediciones
hechas a cada participante del seminario: antes y después de utilizar el tubo
acumulador de orgón. Y al final explico qué cosa significa cada una de las
inevitables filas y columnas.
Mediciones
globales
Nº |
Sexo |
Edad |
Primera medición |
|
|
|
Segunda medición |
|
|
|
|
|
|
Meridi |
|
Ani |
|
Meridi |
|
Ani |
|
|
|
|
X |
S |
X |
S |
X |
S |
X |
S |
1 |
M |
31 |
80 |
6 |
78 |
22 |
82 |
5 |
80 |
13 |
2 |
M |
29 |
64 |
14 |
65 |
18 |
72 |
9 |
70 |
15 |
3 |
M |
35 |
59 |
6 |
72 |
11 |
72 |
6 |
79 |
8 |
4 |
M |
29 |
64 |
16 |
66 |
16 |
70 |
7 |
71 |
12 |
5 |
F |
24 |
62 |
10 |
83 |
6 |
70 |
7 |
84 |
4 |
6 |
F |
42 |
73 |
8 |
79 |
10 |
75 |
7 |
75 |
7 |
7 |
F |
35 |
53 |
14 |
77 |
11 |
66 |
7 |
79 |
8 |
8 |
M |
33 |
64 |
13 |
78 |
15 |
68 |
9 |
76 |
12 |
9 |
F |
38 |
69 |
9 |
77 |
12 |
72 |
6 |
81 |
10 |
10 |
F |
27 |
61 |
11 |
63 |
21 |
59 |
7 |
71 |
11 |
11 |
F |
33 |
66 |
10 |
87 |
9 |
72 |
8 |
86 |
7 |
12 |
M |
53 |
74 |
10 |
77 |
14 |
78 |
6 |
82 |
5 |
13 |
M |
36 |
61 |
18 |
63 |
23 |
65 |
11 |
73 |
12 |
14 |
F |
31 |
60 |
7 |
62 |
19 |
67 |
8 |
78 |
14 |
Primera medición: el 9/1/2010
Segunda Medición: el 10/1/2010, post uso del tubo acumulador en 6VC
Meridi = Meridianos
Ani = Anillos
X = Promedio
S = Desviación estándar
Estas breves aclaraciones les darán una pista,
somera como pocas.
Entonces
vayamos por partes
La primera columna (Nº) corresponde a cada
una de las 14 personas medidas, de manera que “1” podría ser José y “14”
Raquel, para dar dos ejemplos ficticios.
La siguiente columna expresa el sexo. Por ahora, F significa femenino y M,
masculino.
Luego viene la edad, otra variable importante
para estudiar la energía.
Y a continuación, los datos de las dos
mediciones: la primera del día 9 de enero, el día anterior al experimento con el
tubo. La segunda del 10 de enero, inmediatamente después de la sesión con el
tubo acumulador de orgón.
En cada una de las dos mediciones se desglosa la
que corresponde a los meridianos principales (Meridi) de la de los
anillos (Ani). Ambos son diminutivos un poco tontos, pero es lo que entraba
en la columna. Los anillos se explican más adelante. Los meridianos
principales son los canales por donde circula energía. Hay otros canales, pero
éstos son los más importantes. Casi todos llevan el nombre de un órgano (Hígado,
Riñón, Intestino Grueso, etcétera) aunque sus funciones son más vastas. Son doce
meridianos bilaterales y se exploran en las muñecas y en los pies.
Y, finalmente, las cifras correspondientes: todas
expresan micro-amperes, valores de la intensidad de corriente que circula por
los puntos medidos.
Aquí es importante entender qué significan X y
S.
X es el promedio aritmético. En el caso de
los Meridianos Principales, de sus 24 puntos. Y en el de los Anillos, de los 7 puntos que los miden.
S se refiere a la desviación estándar. O
sea: cuánto oscilan, las cifras obtenidas en la medición, alrededor de la media y en promedio.
Ejemplitos, exagerando un poco
lo claro de este asunto. Si en este sistema de 1 a 100 en la
escala de medición ustedes miden a dos personas y en una obtienen un promedio
(X) de 50 y en la otra de 80, pueden asegurar que la segunda tiene más energía que la primera.
¿Por qué? Sencillamente porque la intensidad de corriente que pasa por un
punto cuando se lo mide, expresa su valor energético.
En
cambio S, la desviación estándar
expresa cuán equilibrada o no es una medición: cuánto menos varían las
mediciones alrededor de la media (X) es más equilibrada, hay menos
oscilaciones y la cifra es menor. Supongamos, para seguir con el ejemplo, que en
la primera persona, la de 50 de promedio (X), encontramos una desviación
estándar (S) de 20, y en la segunda, la que promediaba 80, de 10. Ésta última,
que tiene 10 de desviación, es más equilibrada que la primera, que tiene 20,
porque sus valores están más agrupados en torno a la media, menos dispersos.
Podríamos decir, entonces, que la medición de la segunda persona es
energéticamente superior a la de la primera: tiene más energía y está mejor
distribuída, más equilibrada.
Listo,
ahora podemos
entender las tablas (hay más de una) y darles un valor interpretativo, sin más
trámite y sin perder más tiempo. Como
mirar la tabla anterior es un poco aburrido y el objetivo de este folletín
no-ilustrado no reside en los casos individuales, sino en una estimación de
conjunto, veamos que nos dice una tabla general que resume los resultados.
Parece ser bastante clara:
Resultados Generales (14 personas)
|
Meridianos |
|
Anillos |
|
|
X |
S |
X |
S |
Primera medición |
65 |
10.85 |
73.3 |
14.7 |
Segunda medición |
70.57 |
7.35 |
77.5 |
9.85 |
¿Será, esta tabla, tan clara y contundente como
aparenta ser?
Espero que sí, porque sobre esta certeza se
construye casi todo lo que estoy escribiendo.
En la
tabla de Resultados Generales,
que incluye a todos los participantes del seminario, pueden verse fácilmente los
promedios y las desviaciones estándar de la primera y la segunda medición, de
manera que permite una comparación entre antes y después de utilizar el tubo
acumulador de orgón. Allí puede
verse claramente que la intensidad de la corriente –micro amperes- que circula
por los meridianos principales de acupuntura ha aumentado de 65 a 70.57, lo
cual implica un aumento equivalente de la energía. Lo mismo ocurre con los
anillos, que pasan de 73.3 a 77.5.
Y si miramos la desviación estándar para
investigar la distribución de la energía (tendencia al equilibrio), nos
encontramos con que en ambos casos ha mejorado su dispersión, se ha concentrado
más cerca de la media. De ésta manera: en los meridianos principales la
desviación pasa de 10.85 a 7.35. Y en los anillos, de 14.7 a 9.85.
Parece
concluyente, ¿no?,
luego de media hora de cargar con un tubo acumulador de orgón el punto 6 del
meridiano de Vaso Concepción, la energía ha aumentado y también ha mejorado su
distribución, lo cual significa que está más equilibrada. Esto podrá
parecer algo poco importante, intrascendente, pero resulta que en tal peculiaridad (cantidad y equilibrio de la energía)
reside el secreto de la vida, o al menos, su dramática oscilación entre
salud y enfermedad. Esto es lo más importante que puede verificarse con el
Experimento de Alcoy. Bueno, también
hay que admitir que es mejor hacer una buena experiencia personal con esta
metodología, antes de que "estas cosas" puedan ser
analizadas por el implacable cerebro izquierdo, ese fascista sin
remedio si es que se corre el riesgo de dejarlo solo.
Bueno,
ya sabemos lo más importante,
de manera que ahora estamos totalmente habilitados para entrar en
detalles interesantes y hasta importantes, pero no tanto como lo que acabamos de
descubrir, de develar (destapar). Por ejemplo, el tema de las diferencias por
género en esta investigación:
Por género
Femenino
(7 personas)
|
Meridianos |
|
Anillos |
|
|
X |
S |
X |
S |
Primera medición |
63.4 |
9.85 |
75.4 |
12.5 |
Segunda medición |
68.7 |
7.1 |
79.1 |
8.7 |
Masculino (7 personas)
|
Meridianos |
|
Anillos |
|
|
X |
S |
X |
S |
Primera medición |
66.5 |
11.8 |
71.2 |
17 |
Segunda medición |
72.4 |
7.5 |
75.8 |
11 |
Aquí podemos ver lo que es obvio mirando los
resultados: también, en ambos géneros, se ha incrementado la energía (X) y
las mediciones resultan más equilibradas (S).
En todas las estadísticas de medición de los
puntos se encuentra un fenómeno interesante: el promedio del team masculino
suele resultar un 10% superior al del equipo femenino. Y, por favor, no me
pregunten porqué razón: simplemente no lo sé, no lo entiendo. (Otro enigma más).
Pero en el Experimento de Alcoy, eso resulta ser cierto para los meridianos
principales y no para los anillos, donde ocurre lo inverso: el promedio de los
anillos en las mujeres es más alto que en los varones. Las desviaciones estándar
(equilibrio), se comportan tal cual era de esperar: mejoran en todos los casos.
Porque
eso tampoco les dije,
entre otras cosas: investigando bastante y a lo largo del tiempo sobre este
asunto, puede verificarse que mejorar la distribución es un requisito para que la
energía aumente consistentemente. Y parece una característica sumamente
importante para tener en cuenta, si de tratamientos energéticos estamos
hablando. Pero merece un comentario, aunque sea
pequeño, chiquitito: el hecho de que un sistema vivo necesite mejorar su
equilibrio como requisito para aumentar su energía, posee una enorme y positiva
lógica biológica a favor del sistema vivo en cuestión. Imagínense un organismo
muy desequilibrado donde la energía entra a raudales: es posible que termine
reventando como un globo demasiado inflado si es que esa energía sigue la
tendencia normal. O sea: desplazarse desde donde existe poca energía hacia donde hay más, aumentando así
la tasa de desequilibrio en su distribución, lo cual es sumamente peligroso.
Y eso me
hace acordar de otra cosa
que tampoco les dije, todavía. Una vez hice una serie de mediciones
en pacientes con cáncer. Estaban extremadamente desequilibrados y habían sido
introducidos varias veces en el acumulador de orgón original, el que desarrolló
Wilhelm Reich: una especie de casilla de teléfono aunque más baja, más cuadrada
y con un asiento donde recibían una radiación importante en todo el cuerpo. El
devenir de las mediciones reveló que la energía global había aumentado, pero el
desequilibrio también, de manera que las regiones de energía más alta la habían
incrementado proporcionalmente más que las otras, las poco cargadas. Desde
entonces me cuido muy bien de “enchufar energía” sin tener en cuenta la búsqueda
del equilibrio, materia en la cual la acupuntura es maestra de maestros. Pero
miren qué interesante lo que sucede combinando acupuntura y orgonomía, tal cual
se hace en esta investigación: la utilización de un artefacto orgonómico como
el tubo que fabricamos aplicado en un punto importante de acupuntura como es el 6VC
(uno de los puntos generales de carga), lejos de acentuar el posible
desequilibrio de quien recibe esta modalidad de carga, ¡tiende a mejorar la
distribución de su energía! Así, es fácil darse cuenta que tanto la
acupuntura como la orgonomía son dos maravillas de la mejor cultura humana (la
que tiende a favorecer la vida) y que juntas funcionan mejor que por separado.
Bueno,
después de este emocionante
y convincente alegato a favor de mi trabajo, la acupuntura-orgón, podemos
considerar otro aspecto del experimento: el relacionado con los grupos de edad.
Y conviene decir, tipo preámbulo o aclaración antes de que sea demasiado tarde,
que en el estudio estadístico de 3545 mediciones, uno de los aspectos que
resalta solo, es éste: los promedios de medición
acompañan francamente a la edad, de manera que a medida que pasa el tiempo en la
existencia personal, la cantidad de energía disminuye claramente y el
desequilibrio aumenta. Ya sé: estarán pensando que se trata de una verdad de
Perogrullo. Bueno: suponerlo es fácil, pero demostrarlo es mejor. Vamos a ver si
también ocurre en el caso Alcoy, aunque aquí la franja de edad es bastante más
reducida que en la estadística general (el tema puede verse en
http://www.acupuntura-orgon.com.ar/estadistica.htm). Pues bien, como podemos
ver en las tablas que siguen ¡aquí ocurre exactamente a la inversa! Tal vez haya explicaciones
y disculpas (siempre tardías y poco convincentes) pero el grupo era pequeño y
las personas de más de 40 años eran sólo dos y con mucho y buen trabajo
energético encima: tanto que ya en la primera medición tienen promedio más alto
y mejor distribución que el resto del grupo. De manera que, considerando estos
aspectos, el resultado no es incoherente y explica las diferencias con la
estadística general.
Para otra vez quedará el preguntarse si es tan
“natural” y puede aceptarse tan tranquilamente que la energía “tenga” que
disminuir con la edad y, especialmente, incrementar su desequilibrio de manera
tan notoria como muestra la estadística general mencionada, la de 3545
mediciones.
Queda la incógnita, pero no desaparece la
preocupación por la respuesta.
Por grupos de edad
De 20 a
30 años (4 personas)
|
Meridianos |
|
Anillos |
|
|
X |
S |
X |
S |
Primera medición |
62.7 |
12.7 |
69.2 |
15.2 |
Segunda medición |
67.7 |
7.5 |
74 |
10.5 |
De 31 a
40 años (8 personas)
|
Meridianos |
|
Anillos |
|
|
X |
S |
X |
S |
Primera medición |
64 |
10.3 |
74.2 |
15.2 |
Segunda medición |
70.5 |
7.5 |
79 |
10.5 |
De 40 o
más años (2 personas)
|
Meridianos |
|
Anillos |
|
|
X |
S |
X |
S |
Primera medición |
73.5 |
9 |
78 |
12 |
Segunda medición |
76.5 |
6.5 |
78.5 |
6 |
Ciertos
comentarios que se ven
venir y algún resumen, también previsible. Veamos los hechos, así como parece que
ocurrieron.
Como se trató de un seminario, pero también de una experiencia de trabajo con la
energía orgón, es bueno saber qué pasó con la energía personal y grupal entre
las dos mediciones realizadas antes y después de usar el tubo
acumulador en 6 VC. O, al menos, qué ocurrió con la expresión cuantitativa de la
energía en cada uno de los participantes.
Y para eso es especialmente útil volver a ver el
resumen de las mediciones de las 14 personas exploradas, expresado en la tabla
de Resultados Generales. Allí podemos ver que el promedio de los Meridianos
Principales es de 65 micro amperes y su desviación estándar 10.85, mientras
que en la segunda medición (post-tubo) el promedio de energía se eleva a
70.57 y el rango de equilibrio (desviación) mejora a 7.35.
En el caso de los Anillos ocurre algo
parecido: en la primera medición el promedio de energía es de 73.3 y la
desviación estándar de 14.7, pero en la segunda la energía mejora a 77.5
y las mediciones oscilan en un rango más equilibrado: 9.85.
Exactamente lo mismo ocurre cuando se estudia la
información discriminándola de acuerdo a sexo y edad: en todos los casos
la energía aumenta y el equilibrio también, salvo en las singularidades
comentadas. No es poca diferencia, realmente.
Que es
como decir, agradecido
a los viejos y geniales maestros de la medicina
china. Agradecido al maravilloso y no menos genial Wilhelm Reich.
Sin ellos no hubiera existido este experimento,
por ejemplo.
Pero, ¿qué relevancia puede tener un estudio de éstas características, una
investigación tan sencilla?
A veces uno puede dejar de lado lo esencial con
absoluta tranquilidad, como dándolo equivocadamente por sabido y aceptado. Pero
tal cosa no ocurre haciendo el esfuerzo de dimensionar las cosas, de ponerlas en
su lugar. Por ejemplo: esta investigación-experimento se realizó en el marco de
un seminario donde el objetivo no era investigar si no mostrar y proponer una
forma de trabajo con la energía. Sus participantes no eran pacientes que
concurren a un consultorio, sino personas entrenadas en la investigación de su
propia energía y profesionales “del trabajo energético” en la consulta con
pacientes. Se supone, entonces, que no es tan fácil producir modificaciones en
funcionalidades energéticas (las de los asistentes) acostumbradas a diversas
técnicas y procedimientos específicos.
Ésta aseveración podría ser meramente hipotética
sino se acompañara de la experiencia personal: doy fe de que, en general, la
administración de energía orgón con la metodología descripta, produce en los
pacientes que atendí y atiendo, un efecto todavía más impactante y mensurable en
las mediciones y en sus vidas. Que es adónde realmente importa: en sus
existencias reales, y no sólo en el micro-mundo del consultorio o en un
seminario.
¿Qué es lo que realmente ocurre a consecuencia de
la utilización de los acumuladores de orgón en puntos de acupuntura? ¿Qué
acontecimientos visibles e invisibles se desencadenan? ¿Qué sucesos ocurren en
la intimidad del campo energético, más allá de la posibilidad de medir sus
cambios con aparatitos electrónicos?
Ésa es la cuestión, ése es el asunto importante
que vale la pena intentar descifrar.
Porque puede asegurarse, después de años de usar esta
metodología, que los efectos son vastos, generales, sistémicos y afectan
globalmente al funcionamiento del sistema energético que llamamos “persona” en
los dos planos importantes de la existencia que podemos considerar en un
consultorio médico: el plano físico-biológico y el plano psico-emocional.
No se utiliza la palabra “parte” para especificar una
“parte física” y otra “parte emocional” porque la misma palabra produce
un efecto de escisión: es como legalizar la mirada esquizofrénica
acerca de “la realidad”.
Realmente es un término altamente peligroso. Es que hay palabras que
hieren y matan, así como hay otras que ayudan a vivir. Y a ésta le toca producir
un efecto letal: su sola mención logra partirnos, de la misma manera que
hablar de un “ataque de pánico” logra producirlo. Hasta entonces uno sabía
que tenía miedo, ¡pero ahora basta escuchar el diagnóstico para entrar en
pánico!
Y
entonces me acuerdo de ésas hermosas palabras
de Werner Heisenberg, las del fructífero encuentro de corrientes de ideas en
espacios y tiempos diferentes:
"Es
probablemente cierto que generalmente, en la historia del pensamiento humano,
los desarrollos más fecundos nacen en la
intersección de dos corrientes de
ideas. Las corrientes pueden tener su origen en campos completamente diferentes
de la cultura,
en épocas y en lugares culturales diversos. Cuando se encuentran
efectivamente y mantienen una relación suficiente para que
pueda ejercerse una
interacción real, se pueden esperar desarrollos nuevos e interesantes”
Las encontré cuando estaba
escribiendo, justamente, acerca del fructífero encuentro entre la medicina
tradicional china y la orgonomía reichiana: “Acupuntura y Orgonomía en el Mar de
la Energía” (http://www.acupuntura-orgon.com.ar/acu-orgon.htm),
un lugar al que están invitados y donde se desarrolla con más detalle la íntima
relación entre ambas disciplinas.
Todavía me sigue maravillando
este encuentro: de esa emoción surgió la idea, y de ésta la práctica, que viene
a ser el experimento aquí contado y sus consecuencias. Y vean,
sino: la acupuntura aporta su increíble y altamente sofisticado sistema
de canales o meridianos de energía en cuyo trayecto epidérmico se encuentran los
famosos puntos de acupuntura, sitios en los cuales esa
energía se concentra. Funcionan como verdadera interfase entre el medio interno
y el medio externo: por eso tienen su resistencia eléctrica más baja que el
resto de la piel; y también por ésa simple razón es que pueden medirse y
evaluarse con aparatos como el Ryodoraku y otros. Pero no se conforman con anunciar
que algo raro está pasando: bien estimulados pueden devolver su natural
equilibrio al organismo. Y esto es lo único realmente importante en medicina:
que una técnica o sistema funcione bien, terapéuticamente hablando, y lo
demuestre día a día y a lo largo de los siglos.
Y la otra corriente, la
orgonomía reichiana, que incorpora el estudio de la energía, el chhi
de los chinos, a la usanza de la mejor ciencia occidental: la demuestra, la
concentra, la mide y la utiliza en medicina y psicología. Pero también puede
utilizarla para actuar sobre el clima y para hacer funcionar motores,
fantásticas posibilidades por ahora postergadas. Claro: el desarrollo del
trabajo de Reich tiene consecuencias notables en muchos otros asuntos como la sociología, la filosofía, la política, la biología, la antropología, la
economía, la física, la meteorología, el arte y, si se descuidan, hasta en la
mejor manera de coser un botón. O sea: al igual que la medicina tradicional
china, es una mirada completa y profunda que, simplemente, se mete
hasta los tuétanos con la vida.
Entonces parece buena idea
utilizar artefactos que concentran energía orgón para radiar puntos de
acupuntura. Y, de acuerdo a lo que sé, fue Bernd Senf la primera
persona que hizo ese experimento, allá por los años 70. Por supuesto que Senf es
un orgonomista con conocimientos de acupuntura. ¿Médico? No. ¿Psicólogo?
Tampoco. ¿Físico? No. ¿Biólogo? Menos. ¡Bernd es un brillante economista, eso es
lo que es! ¿Por qué un economista puede siquiera imaginar una aplicación de
éstas características? Porque la orgonomía produce todólogos, por eso.
Porque lo esencial es la mirada y el lugar adónde se está
situado: el orgonomista no
“observa” la existencia como si le fuera ajena, como si fuera mero “objeto” de
estudio. Por ésa sencilla razón, a un economista se le ocurrió investigar qué
pasaba radiando puntos de acupuntura con energía orgón.
Sí, claro: estimular con
energía orgón concentrada a los puntos de acupuntura que regulan la
funcionalidad energética de cualquier sistema vivo es una excelente idea
simplemente porque funciona. Sólo por eso es una excelente idea.
¿Y
porqué elegir un solo punto de acupuntura
para estimular con energía orgón cuando hay dos mil o más si uno considera a los
microsistemas de la acupuntura? Nada más que porque el punto elegido, el 6 de
Vaso Concepción, o Qihai o 6VC a secas, es uno de los puntos más
importantes del sistema. Se localiza a unos cuatro centímetros por debajo del
ombligo, en la línea media, y su nombre significa Mar de la Energía.
Más que un diminuto punto, es una zona. La mayoría de los puntos de acupuntura
hace honor a su denominación oficial y sólo tienen una superficie de dos
milímetros cuadrados: son realmente pequeños. Pero en cada meridiano existen
algunos que tienen una superficie más extensa, de acuerdo a su importancia
funcional. Uno de ellos es el 6VC que, no por casualidad, se encuentra dentro de
la zona denominada Tantien por la gimnástica china, clave para la respiración,
los movimientos y la meditación. Hay que aclarar que son muchos los puntos
factibles de ser radiados con energía orgón, dependiendo del objetivo
terapéutico. En este caso, el criterio consiste en elegir un punto que garantice
buena carga general, sistémica. Esa es la razón por la cual el punto 6 del meridiano de Vaso Concepción
fue
elegido para ser radiado con energía orgón.
Se
supone que si uno apoya en cualquier lugar de la piel
un tubo que concentre y radie energía, ésta debería distribuirse igual por todo
el sistema, tal cual ocurre con la electricidad o el magnetismo. La misma idea
podría ser válida respecto de las agujas: ¿por qué no pinchar cualquier lugar de
la piel en lugar de los muy definidos puntos de acupuntura tan específicamente
localizados? Sencillamente porque haciendo “pinchoterapia” la acupuntura no
funciona. Es más: tampoco es eficaz si uno coloca agujas (o utiliza cualquier
otro método de estimulación) en la ubicación correcta del punto pero resulta que
estos no son los más adecuados para la situación energética del paciente.
La clave es que la estimulación en los puntos
correctos sea capaz de mover la energía logrando un equilibrio superior en el
sistema, eliminando o aminorando la causa del disturbio, que suele ser un
bloqueo energético. Y esto implica que la energía comience a distribuirse mejor
por las vías internas que la conducen, una complicada red que une canales
externos, canales internos y colaterales. Eso es lo que ocurre en la intimidad
de la trama energética. Pero cómo es en detalle, con precisión y obsesión
mecanicistas, constituye un secreto bien guardado por agujas, puntos y
meridianos. Y en el fondo es cosa de ellos, ¿por qué debería importarnos tanto?
El asunto es que, probando acumuladores de orgón
en muchos otros puntos, son muy pocos los que logran un efecto general sobre las
dos cuestiones que realmente importan: el equilibrio de la energía y
su cantidad operativa. Porque muchísimas veces, el problema no es falta
de energía, sino la imposibilidad de usarla debido a bloqueos,
congestiones energéticas y falta de tránsito fluido. También es imprescindible
que su ubicación y funcionalidad impliquen una buena distribución de la energía
que ingresa en el organismo a través del punto. Y resulta que uno de los mejores
y más fáciles de ubicar es el consagrado 6VC.
Se
supone que uno está tratando con gente
que no va a andar diciendo por ahí que se trata de “sugestión”, si es que
encuentran alguien que se siente mejor usando un acumulador y lo dice. Nadie
puede tener más energía por sugestión, especialmente si aumentan su entusiasmo
por vivir y su capacidad para actuar, hace más cosas que antes y no se cansa
tanto. Pero además, hay un argumento concluyente contra esa variedad de
comentarios de estilo insidioso y objetivo desvalorizante: tanto la acupuntura
como los acumuladores de orgón funcionan perfectamente bien en animales y en
plantas. (http://www.acupuntura-orgon.com.ar/plantas.htm)
Y
también existe la difundida creencia de que
un procedimiento terapéutico eficaz tiene que ser caro porque sino no sirve.
Ustedes comprenderán que uno debe tener mucha paciencia y comprensión cuando se
dedica a algo no oficialmente admitido en el sistema de creencias estándar. Y
pasa por distintas etapas respecto de este asunto: al principio cree que tiene
que explicar todo para lograr el asentimiento del paciente, casi su permiso.
Pero con el tiempo se da cuenta que es tiempo perdido: no hay porqué convencer a
nadie acerca de nada y afortunadamente los pacientes son tozudamente
pragmáticos: hacen lo que les resulta mejor para curarse o aliviarse. Así
es una dicha: está todo bien, es como debe ser.
Entonces no les importa si un acumulador o un dor-buster
están armados con materiales sencillos y baratos que pueden conseguirse en la
ferretería del barrio y no en negocios carísimos de representantes de empresas
lejanas. Las mismas que aprovechan alguna patente para vender a precios extorsivos.
(Y cualquier costo muy alto en medicina es una variedad de extorsión).
Me tocó tener mucha suerte con mis pacientes:
usan el acumulador y se benefician de sus efectos sin averiguar su historia o
protagonizar discusiones teóricas acerca de los fundamentos de su eficacia. Es
cierto que uno puede plantearse interrogantes hasta el infinito. Por ejemplo:
¿cómo es posible que un simple tubito o un modesto dispositivo pegado en la piel
puedan tener tantos y tan notables efectos físicos y emocionales? ¿Qué somos
entonces? ¿De qué estamos hechos, en realidad? Y así sucesivamente.
Está
claro que una sola experiencia de carga
con un tubo, al estilo de quienes participaron en el seminario de Alcoy, no
constituye un tratamiento ni es suficiente para mejorar la energía de una
persona. Independientemente de otras medidas terapéuticas confluentes y
coherentes, la mejoría estable y sólida de la energía sólo se logra utilizando
el acumulador durante cierto tiempo, absolutamente variable según las
características de la funcionalidad
energética de cada persona. Y, de acuerdo a lo que hemos visto, cualquier
indicación de uso del acumulador deberá estar precedida de una evaluación
clínica y de una medición de energía. Es elemental suponer, entonces, que cuánto
más baja y más desequilibrada esté la energía de una persona, más tiempo de uso
será necesario para recomponerla a niveles compatibles con la salud.
En síntesis: que tal cual se describe en esta
sencilla investigación, la energía orgón aplicada en un importante punto de
acupuntura funciona muy bien sobre la energía humana, equilibrándola y
acrecentando su nivel. Simplemente ayuda a vivir, a ser un poco más luminosos.
Y eso no parece poca cosa, si es que de vida y
salud estamos hablando.
Carlos
Inza
Buenos Aires, septiembre del 2011
Bibliografía Básica
El sitio soporte de este trabajo es:
http://www.acupuntura-orgon.com.ar/ en sus capítulos ya mencionados. Y
también: http://www.acupuntura-orgon.com.ar/investigaciones.htm
De Wilhelm Reich, especialmente dos obras: La función del orgasmo
y Biopatía del cáncer.
Para aproximarse al vasto mundo de la acupuntura: Acupuntura: teoría y
práctica y ¿Qué es la acupuntura?, ambos de David Sussmann.
Midiendo los puntos
Carga del 6VC con el
tubo acumulador de orgón
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