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Los acumuladores de energía orgón Revitalización y Envejecimiento
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Investigaciones / Mapa energético humano (2) 2. Distribución de la energíaEste primer tema fue el objetivo fundamental de la investigación y el que mejor cuadra dentro del título y los propósitos generales del trabajo. La idea de confeccionar un mapa energético surge directamente de la información contenida en este apartado. Aquí se estudia la distribución de la energía de acuerdo a tres divisiones: general (que agrupa los datos de acuerdo a los continentes del planeta-hombre: Cabeza / Cuello, Tronco y Extremidades), por zonas y subzonas (“segmentaciones” que ya fueron aclaradas). Salvo que se aclare expresamente, la información comprende a la muestra total y los números indican concretamente microàmperes, la unidad de intensidad que se obtiene al hacer las mediciones: con esos valores se obtienen los promedios. Por esa razón no han sido aclarados en la línea de ordenadas de los gráficos, de manera que los valores que aparecen en estos, a la izquierda, siempre corresponden a microàmperes. Las tablas no necesitan aclaraciones: se explican solas gracias al texto que las acompaña. Distribución
general de la energía
La siguiente tabla resume
las características generales de la distribución energética ateniéndose a
tres grandes regiones: Cabeza/Cuello,
Tronco (Tórax, Abdomen, Espalda) y
Extremidades (Miembros superiores e inferiores), con los promedios
correspondientes a cada región:
Estos datos son muy importantes para el estudio que hemos emprendido, tanto que vamos a construir dos gráficos con ellos, uno en formato de columnas y otro por sectores:
Resulta evidente la desproporción en la concentración de la energía a predominio cefálico (mayor si se excluyera al cuello), a expensas de los miembros, ya que los valores del tronco se aproximan al promedio general, que es de 92 microamperes. Esta verificación proporciona la imagen funcional de un hombre de enorme cabeza con miembros energéticamente pequeños, a pesar de su apariencia anatómica y de la masa absoluta que representan porcentualmente. Quizás no sea azaroso que el muñeco resultante de esta configuración se asemeje al de algunos humanoides imaginados en las películas de ciencia-ficción: grandes cabezotas con miembros insignificantes, casi apéndices móviles. Pero más allá de la apariencia, y si los resultados de esta investigación fueran confirmados por varias otras, el hombre real tendría esas mismas características ligeramente espeluznantes que aparecen en las películas. Es que más allá de su apariencia, la realidad de un organismo vivo reside en su funcionalidad, en la forma en que concentra y utiliza la energía: esta es su verdadera identidad. Distribución
zonal de la energía
Los gráficos y las tablas por zona implican un desarrollo de la observación anterior. Recuérdese que el promedio general de las mediciones zonales equivale a 92 microàmperes. Es interesante ver los valores y los porcentajes correspondientes a cada zona en la tabla que sigue:
Aquí el cuello aparece como zona de transición hasta el tórax, donde la disminución respecto del polo cefálico es realmente notable (134 a 95). Pero no obstante, y a pesar de leves diferencias regionales (Tórax 95, Abdomen 105, Espalda 91), el tronco juega un rol equilibrador en la homeostasis general, lo cual puede inferirse debido a lo cercano de sus valores con el promedio general. La relación desequilibrante se instala entre la cabeza y las extremidades. Es interesante verificar si persiste la misma tendencia cuando se estudian los “anillos”, que son fáciles de estimar porque sólo implican la medición de siete puntos y se corresponden con las divisiones funcionales propuestas por la orgonomía de Wilhelm Reich. Se recordará (o aprenderá) que estos anillos implican la existencia de siete regiones funcionales segmentarias a lo largo del eje céfalo-caudal. La siguiente tabla aclara el número del anillo, el nombre que recibe y el punto de acupuntura donde se mide:
Ahora podemos ver la tabla que resume sus valores y porcentajes correspondientes:
Esto también puede mirarse en un gráfico, lo cual le resultará más simpático a nuestro hemisferio cerebral derecho:
Ahora sabemos otra cosa: los puntos de los anillos son una muestra válida de lo que ocurre con la distribución de la energía entre la cabeza y la pelvis (como veremos poco más adelante cuando analicemos las subzonas en sentido céfalo-caudal), de manera que podremos utilizarlos en el futuro sin necesidad de medir tantos puntos. Analizando la información por subzonas pueden observarse varios hechos interesantes, por ejemplo lo que ocurre con la energía en los miembros superiores:
Luego de cierta meseta Mano-Antebrazo (74) sólo interrumpida por la leve disminución de la Muñeca (71), la energía sube abruptamente en el codo (101) para disminuir en el brazo (88) y volver a ascender decididamente en el hombro (108). Las articulaciones de la muñeca, el codo y el hombro aparecen como zonas de cambio energético. ¡ Y esto es increíblemente coincidente con los comentarios del Nei King, el texto más antiguo de la acupuntura tradicional (escrito hace unos dos mil quinientos años) donde ya figuran estas observaciones y comentarios ! En Miembro Inferior
obtenemos los siguientes valores:
Si bien existe marcada analogía con el Miembro Superior, los valores no experimentan una variación tan acentuada en la rodilla, articulación homóloga del codo. Su promedio es más parejo con el resto de las subzonas del miembro inferior. La subzonas de valores más bajos son las de tobillos y muñecas, lo cual parecería contrastar con la gran cantidad de puntos de la MTC (Medicina Tradicional China) en ambos sitios. En todo caso estos hechos merecen las siguientes reflexiones:
Veamos ahora que sucede con la comparación de subzonas en sentido céfalo-caudal según nos informa la siguiente tabla y su gráfico correspondiente (que pueden compararse con los proporcionados por los anillos):
Los valores indican una zona de baja energía en el tórax, tradicional sitio de las emociones y especialmente del amor (también relacionada con la identidad y el sistema inmunológico), y una zona de transición en el cuello. Se verá el parecido con la medición de los anillos salvo para la pelvis. La posible explicación de la diferencia reside en que el punto del anillo pélvico mide la región genital (el centro) mientras que los laterales las funciones digestivas asociadas al cólon. Pero la comparación de los restantes anillos en relación con las subzonas establece una correlación inobjetable. Los temas humanos ligados a estas observaciones podrían ser:
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