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Los acumuladores de energía orgón Revitalización y Envejecimiento
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Cuaderno de Navegación 1. Antes de levar anclasCreo que les debo una explicación. Muchas veces pensé en dar charlas periódicas
sobre la medicina que ejerzo y hasta conseguí película fotográfica para
confeccionar slides con la idea de ilustrar la conversación. También escribí
más de un borrador, que comencé con tanto entusiasmo como éste. Entonces decidí ponerme a escribir esto, algo a
mitad de camino entre carta y folleto pero con pretensiones de Cuaderno de
Navegación. Antes de seguir quiero aclarar que esta idea no es tan solitaria:
muchos pacientes a lo largo de estos años me han pedido que lo hiciera, ya que
este sistema diagnóstico-terapéutico es el resultado de la articulación de
diferentes escuelas médicas más investigaciones propias. A lo largo del tiempo y del espacio, la búsqueda de los científicos chinos no fue un acto solitario. Otras tradiciones también postularon la existencia de la energía vital, que los chinos llamaron chhi, los hindúes prana y los griegos pneuma. Quizá nuestros héroes de tez amarilla y ojos rasgados llevaron ventaja en la investigación porque eran verdaderos naturalistas y por lo tanto observaban la realidad con ojos asombrados y descubridores. No debían cargar con enfermedades teológicas a sus espaldas, no investigaban para justificar la existencia de ningún dios ni demostrar la infalibilidad del emperador, de manera que pudieron llegar tan lejos como el talento lo permitiera. Y llegaron tan lejos que podría decirse que, sin proponérselo, hasta han diseñado la medicina del futuro. También han encontrado un "socio"
impensado en occidente, alguien que surgió de otras historias y en un contexto
absolutamente diferente, pero cuyas investigaciones y hallazgos se articulan
notablemente con las de aquellos anónimos y geniales precursores. Varios de sus hallazgos han sido integrados a este sistema en forma sumamente práctica (esta "practicidad" es esencial en medicina) como ocurre con los acumuladores de energía, cuya utilización indico en puntos de acupuntura. ¿ Que el mundo científico desconoce los
trabajos de Reich o trata de aminorar su importancia "acusándolo" de
locura, el diagnóstico de mayor utilización política
? Y bien, ustedes sabrán
que a lo largo de la historia hubo muchos "locos" que tenían razón.
Y que esa cómoda etiqueta se utilizó demasiado para evitarse el trabajo de
investigar a fin de corroborar o no las afirmaciones de varios de los mejores
ejemplares que ha dado esta especie. A los efectos de esta breve guía para desplazarse con soltura por el mínimo laberinto de mi consultorio, es bueno saber que a partir de los trabajos de Reich la famosa energía ya no es una entelequia ni un concepto irresponsablemente manejado por falsos apóstoles del "pensamiento oriental". Es bueno aprender a distinguir entre divulgadores y vulgarizadores, y ustedes están en todo su derecho si exigen precisiones acerca de algunas afirmaciones hechas con entera ligereza acerca de la "energía". Energía significa fuerza en acción. Y si se
habla de la energía biológica, ésta es la "fuerza en acción"
capaz
de producir emociones como la ira o la tristeza y eventos fisiológicos como el
movimiento muscular o la secreción glandular. La
realidad de un ser vivo viene
toda junta (integrada) y no es su culpa que la ciencia oficial la desintegre o
la estudie en innumerables disciplinas: biología, medicina, psicología,
sociología, etc. ¿ Qué consecuencias tienen estos hechos para explicar el fundamento de esta medicina y su visión de los fenómenos vitales ? En primer lugar que los organismos vivos están sólidamente
integrados: no hay un reino de los fenómenos biológicos y otro de los fenómenos
psíquicos, no hay una "terraza mental" y una "cloaca
digestiva". Lo que ocurra con las emociones también acontecerá
en el
intestino, los bronquios o los músculos, y viceversa. Otras ideas-fuerza de esta concepción (nacimiento):
El estado energético de un sistema viviente como
el humano está en función de su armonía interna y de su correlación con el
mar de energía/materia en el cual se encuentra inserto:
los otros seres humanos
(sociedad), los otros seres vivientes animales y vegetales, así como también
la materia y los eventos físico-químicos que permiten este experimento llamado
vida (la naturaleza). De manera que las bases de este sistema pueden
encontrarse en la medicina tradicional china y en los aportes de
Reich. Pero
también en la ciencia occidental, que aporta con el conocimiento de la
estructura y función de los órganos, así como de los eventos que ocurren
cuando estos enferman: la medicina interna de occidente es también un brillante
aporte al conocimiento humano. Ni de los aportes teóricos y prácticos de la homeopatía y las escuelas naturistas, en buena medida coincidentes con los de la acupuntura. Pero: ¿ quién tiene razón en este maremagnum de escuelas y pensamientos ? Y lo que es más importante: ¿ cómo ubicarse en este problema desde la perspectiva de quien necesita de la medicina? El sentido común (¿ qué será eso ?) indica que debe haber "algo de cierto" en cada una de las posturas. Y que si distintas prácticas han resultado eficientes en distintos momentos o circunstancias, es posible que todas compartan aciertos y equivocaciones. Por otra parte no se puede negar que la medicina como ciencia está atravesando una crisis importante en su ya vieja existencia (¡ es tan antigua como el hombre !). A diferencia de otras disciplinas, la medicina contemporánea no se ha actualizado en función de la física moderna, la ciencia que desde hace 500 años rige el desarrollo científico en occidente: a partir de Copérnico y Galileo la física ha sido la avanzada del conocimiento y ha logrado encolumnar detrás de si al resto de las disciplinas, prestigiada por su fructífero romance con las matemáticas. En lo que va de este siglo a punto de terminar,
la concepción de la realidad que puede inferirse a partir de la física ha
experimentado cambios trascendentes, especialmente a partir de la teoría de la
relatividad y de la física cuántica. En realidad la medicina moderna se encuentra, no
sólo en una gran crisis teórica debida a su pertinaz mecanicismo y a su
creciente dependencia de las corporaciones que fabrican medicamentos y aparatos,
sino también práctica. Y la prueba es que ustedes están leyendo esto y
buscando una "alternativa". Pareciera necesario hacer un esfuerzo para sintetizar y articular los distintos enfoques, que son profundamente complementarios. Es claro que no se trata de sumar todas las escuelas y luego dividir para obtener "la verdad promedio", pero tampoco de pararse delante del problema con el típico dogmatismo del militante de tal o cual ortodoxia, para quien los fenómenos sólo son interpretables en función de la ideología que pretenden demostrar. Claro que pretender valorar lo mejor de cada escuela no invalida la necesidad de disponer de una sólida teoría básica que funcione de soporte para formular una nueva medicina. Y aquí sí es necesario jugarse a fondo y en serio: tal basamento debe buscarse en una interpretación energética del funcionamiento de los seres vivos. Esta gigantesca tarea está apenas en sus comienzos, pese a la tradición que le obsequia sus fundamentos.sigue al capítulo 2: De las extrañas relaciones
entre salud y enfermedad |