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Los tres cerebros 3. El hipotálamo y el límbico se la jueganEl
hipotálamo juega un papel importante
en la regulación de la vida emocional y las funciones vegetativas.
Constituye
una parte muy pequeña del volumen del encéfalo anterior y, sin embargo, es
decisivo para la organización de una variedad de procesos autónomos y de la
conducta. Es
fundamental para la regulación de la temperatura, el metabolismo del agua y el
metabolismo general. También para la elaboración de las
reacciones agresivas y
de defensa, la alimentación, la bebida y el comportamiento sexual. Más
aún:
modula y controla tanto las respuestas simpáticas como las parasimpáticas.
Pero muchos de estos procesos involucran interacciones de las neuronas hipotalámicas
y la hipófisis, y por lo tanto, el control de la función endocrina
es otra
función primordial del hipotálamo.
Veamos
qué aportan los neurofisiológos House y Pansky para conocer la función del
hipotálamo:
2.
Flujo renal
y excreción de agua. La
hormona
antidiurética o vasopresina sintetizada en el hipotálamo pero segregada por la
hipófisis posterior, actúa sobre una estructura renal denominada túbulo
contorneado distal, reabsorbiendo agua que de otra manera se eliminaría por la
orina. Esto es fundamental para mantener el equilibrio hídrico del sistema,
constituyendo su marcada deficiencia un cuadro conocido como diabetes insípida,
en el cual se excreta por vía urinaria una gran cantidad de líquido. 3.
Regulación
de la temperatura. El estado homeotérmico
depende del balance entre la producción y pérdida de calor, lo cual se
mantiene gracias al influjo de dos grupos neuronales especializados, agrupados
en el centro
de pérdida o disipación del calor y en el centro de producción o conservación
del calor. El primero se encuentra en el hipotálamo anterior, el
segundo en el hipotálamo lateral. La posibilidad homeotérmica implica un alto
grado de libertad en los animales que la poseen, ya que de ella depende la
eficacia de gran parte de la maquinaria bioquímica, cuyas enzimas requieren
rangos muy ajustados de temperatura para poder funcionar. De hecho, la exagerada
sensibilidad al frío es muy tenida en cuenta para el diagnóstico en medicina
energética, y su recuperación es saludada como una importante
conquista terapéutica.
4.
Regulación
de la presión arterial. Cuando sus
cambios son iniciados por factores emocionales, el hipotálamo siempre está
involucrado. Entonces éste influye sobre el centro vasopresor bulbar, el cual,
a través de los haces retículoespinales eleva la presión de manera estable
acelerando el corazón y produciendo vasoconstricción mesentérica. Ésta es la
historia de la inmensa mayoría de las hipertensiones, condicionadas también
por los factores nutricionales que engrosan las membranas basales constituyendo
un factor de resistencia extra. 5.
Control del
apetito. La indudable participación del hipotálamo en la
regulación del apetito, le otorga una importancia decisiva para entender los
cuadros de anorexia y bulimia como dos extremos que exceden los rangos normales
de activación. 6.
Mecanismo
sueño-vigilia. Si bien el sistema
reticular ascendente es protagonista del mantenimiento de estas funciones, el
hipotálamo también participa a través de la secreción de hormonas vinculadas
circádicamente (circa = diario) al mantenimiento del ritmo normal, lo cual
implica actividad diurna y descanso nocturno. Es el caso de la ACTH, hormona
hipofisaria que activa la corteza suprarrenal regulando la secreción de
corticoides, y cuyo pico secretorio máximo se encuentra a las 6 o 7 de la mañana,
preparando al organismo para la actividad que sucede al despertar. Además
del hipotálamo, las otras regiones importantes del sistema límbico
son: la
formación del hipocampo, el área septal,
la amígdala cerebral y el giro del cíngulo. Pero cuando se acepta que estructura límbica es toda aquélla
que se encuentra íntimamente vinculada al hipotálamo, llega el momento de incluir
las cortezas piriforme, endorinal, olfatoria y prefrontal.
Es bueno hacer un esfuerzo para no perderse en la pura terminología,
requisito para acceder al conocimiento de las decisivas funciones que otorgan
sentido a las estructuras nerviosas mencionadas, y cuya disfunción explica casi toda la patología humana. Los
mismos neurocientíficos mencionados (House y Pansky) nos aclaran la función
principal conocida de estas estructuras del cerebro límbico, aclarando que
hacemos sólo una síntesis que nos permita obtener conclusiones claras. 1.
Formación
del hipocampo.
La conducta agresiva y las respuestas autónomas (simpático/parasimpáticas)
y endocrinas son parte de sus funciones. Las reacciones agresivas y la conducta
de rabia han sido observadas en los seres humanos asociadas con lesiones,
tumores o ataques que comprometen al lóbulo temporal en general y a la formación
del hipocampo en particular. En los últimos años se han acumulado muchas
pruebas del papel del hipocampo en la regulación de la función
endocrina. Por
ejemplo: se ha demostrado que las neuronas que concentran estradiol y
corticosterona, se encuentran densamente agrupadas en el hipocampo. El papel del
hipocampo en la regulación de las acciones agresivas y endocrinas por medio de
su control del hipotálamo ha sido muy estudiado. Otras importantes funciones de
esta formación incluyen el aprendizaje, la memoria de los hechos recientes (de
corto plazo) y la memoria espacial. Estas funciones se encuentran relacionadas
con la atención, a través de la capacidad hipocámpica de abstraer y
categorizar apropiadamente cualquier información importante. Esto
significa, lisa y llanamente, que los mecanismos de atención, memoria y
aprendizaje dependen del tono emocional. 2.
Área septal.
Se
encuentra tan vinculada al hipocampo que comparte la regulación de la rabia, la
conducta agresiva y la modulación de la actividad endocrina a través del eje
hipotálamo-hipofisario. Pero hay un agregado esencial: aquí residen las sensaciones
bipolares básicas de placer y displacer, así como el erotismo, el
cortejo, la procreación y la erección del pene y el clítoris. 3.
Amígdala
cerebral. Según el sitio que se estimule de la amígdala
pueden lograrse reacciones de extremo amansamiento o agresividad defensiva. Se
incluyen, aumentadas, las mismas funciones que ya hemos visto: agresión, rabia,
control de la actividad “autónoma” del neurovegetativo y del sistema
endocrino. Uno de los efectos de las lesiones amigdaloides es conocido con el
nombre de síndrome de Kluver-Bucy, el cual se caracteriza por hipersexualidad,
cambio en los hábitos dietéticos, disminución del miedo hacia los objetos o
personas que antes lo producían, tendencia a explorar y a contactar oralmente
objetos incomibles y agnosia visual.
Este
síndrome se produce cuando se destruyen los sitios de la amígdala (complejo
basolateral) que normalmente facilitan la expresión de tendencias agresivas,
o
cuando se eliminan los impulsos aferentes a esta región del lóbulo temporal
inferior. Es interesante saber que la excéresis quirúrgica de porciones de la
amígdala en pacientes agresivos que presentan epilepsia del lóbulo temporal,
produce una disminución general de la conducta explosiva, agresiva e
hiperactiva. La estimulación eléctrica en seres humanos provoca diferentes
clases de sentimientos y estados de ánimo como alivio, relajación, desinterés,
necesidad de ser por uno mismo y una sensación placentera. A nivel del sistema
autónomo refuerza el efecto parasimpático, lo cual se traduce por disminución
de los movimientos respiratorios, micción y dilatación pupilar (midriasis). Se
sabe también que la amígdala modula la ingesta de alimentos y agua, funciones
normalmente asociadas con el hipotálamo. La porción medial facilita la
ingesta, mientras que la basolateral la inhibe. A nivel
endócrino, está
demostrada la abundante concentración de
estrógenos en la amígdala, tanto que
su estimulación medial puede producir ovulación, mientras que actuando sobre
la porción basolateral se induce la secreción de hormona del crecimiento y
ACTH (adrenocorticotrofina). En consecuencia, los dos componentes anatómicos
mayores de la amígdala parecen mantener una influencia diferencial sobre una
variedad de funciones asociadas con el hipotálamo.
sigue
al 4. Consecuencias de las alteraciones del límbico |