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Los acumuladores de energía orgón Revitalización y Envejecimiento
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Programa Azul 5. ObjetivosAgosto 16 de 1999 Ayer hizo mucho frío -el texto anterior fue a nivel de congelamiento- y hoy el viento mece la copa del alcanforero y las casuarinas, que se transforman en instrumentos ululantes y producen sonidos casi marinos cuando se agitan allá en lo alto. ¿Qué tiene para decirnos el viento, qué rumores de la vida trae y lleva, qué es lo que mueve y comunica? Ahora
hay un viento de tipo ordenado que les lleva los objetivos de este programa
en
forma sintética, apta para memo de oficina, la cartera de la dama o el bolsillo
del caballero. Ya han sido expuestos desordenadamente y como cuchicheados al oído
(para alegría del cerebro derecho), pero ahora adquieren una fisonomía armada
(para desmenuzamiento del izquierdo):
¿Precisarán otros comentarios los objetivos del programa? Tal vez uno sobre el cual no hubo comentarios: el último. Es casi imposible lograr un nivel importante de salud si se está dependiendo siempre de otros, ya sea de personas o de instituciones. Las disciplinas y estructuras militarizadas como sostén, son aptas para personas extremadamente dependientes y con un grado mínimo de autonomía y decisión. Son las mismas que van al médico y pretenden que éste les “obligue” a hacer determinado tratamiento. O sea: lactantes emocionales que necesitan un útero o una mama que sostenga cada uno de sus actos y necesidades. Esta forma de manejar la relación tiene mucha difusión “en el mercado” porque parece facilitar las cosas y produce rememoranza de la infancia, lo cual no tiene como acto aislado o amoroso nada de malo. Pero el problema es su instalación como forma estable de funcionamiento. Lograr un grado elevado de autorregulación es el objetivo de los tratamientos en medicina energética, y también lo es en el caso del Programa Azul. No implica el prescindir totalmente de ayuda ni la exageración del “bastarse a sí mismo”, pero sí el poder manejar respuestas básicas adecuadas cuando las condiciones medioambientales varían en el sentido de lo agresivo o peligroso. En este caso el concepto de medioambiental incluye cuestiones climáticas, emocionales, psicosociales y físicas. Y como
es difícil separar las cosas, puede decirse que vivir con proyectos
apasionantes y energía para concretarlos es una consecuencia natural de estar
sano. Las condiciones “externas” medioambientales sólo son modificables con
tiempo, claridad en las metas y mucho esfuerzo colectivo. Lo mismo ocurre con
las condiciones internas, pero la diferencia es que éstas
dependen menos
de la decisión o la posibilidad de los otros. Cuando se alcanza cierto
grado de madurez, llega el momento de hacer
algo y dejar la lastimera actitud del quejoso crónico. La mejor manera de lograrlo consiste en trabajar con la propia energía para mejorar su cantidad y distribución, lo cual también mejorará la estructura material (órganos y sistemas) y por lo tanto el rendimiento del sistema en su conjunto, incluida la función inmunológica que resulta crítica en el proceso de envejecimiento y resistencia a las enfermedades. La unidad interna es la única garantía sólida para lograr estos objetivos porque ahora se sabe que la desintegración de los lazos internos (células y tejidos entre sí, conexiones neurohormonales, vida emocional y social) es la responsable de las catástrofes que se manifiestan como envejecimiento precoz y desarrollo de enfermedades mortales o invalidantes. El Programa Azul está enteramente destinado a lograrla. Tal vez sea indispensable, antes de introducirnos en la metodología del programa, referirnos brevemente a la salud, qué puede entenderse como buena salud. O, paradójicamente, cuáles son los síntomas de la salud, ya que hablar de ellos y de los objetivos del programa es exactamente lo mismo.
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